
31 de mayo de 2025 a las 08:15
Homenaje a Magistrados y Jueces de la CDMX
En un emotivo acto cargado de simbolismo, el Poder Judicial de la Ciudad de México, bajo la dirección del magistrado Rafael Guerra Álvarez, rindió un sentido homenaje a 21 magistradas y magistrados, así como a 38 juezas y jueces que culminaron su periodo de servicio. Lejos de hablar de un retiro, el magistrado Guerra Álvarez prefirió enmarcar este momento como una trascendencia, destacando la profunda huella humana y ética que imprime la labor judicial, más allá de los aspectos técnicos. “El juez no manda, no impone; escucha, interpreta y aplica”, fueron las palabras que resonaron en el recinto, resaltando la esencia misma de la función judicial. Este reconocimiento abarcó a impartidores de justicia de diversas áreas, incluyendo un recuerdo especial para aquellos que fallecieron en el ejercicio de sus funciones, cuyo ejemplo, según Guerra Álvarez, queda grabado en la memoria de la Casa de Justicia.
La ceremonia, celebrada el 29 de mayo de 2025, fue un espacio para reflexionar sobre la importancia de la judicatura, no como un simple cargo o función, sino como un llamado ancestral, una responsabilidad que, si bien a menudo invisible, se manifiesta en cada decisión y sentencia que contribuye a la paz social. Se honró la trayectoria de mujeres y hombres que han dedicado su vida a esta vocación milenaria, construyendo un legado que trasciende el ámbito personal y nutre la arquitectura de la justicia.
El discurso del magistrado Guerra Álvarez trazó un recorrido histórico por la evolución de la judicatura, desde Hammurabi y su código grabado en piedra, pasando por la Grecia antigua, la sabiduría de Salomón, el derecho romano, la codificación de Justiniano, hasta llegar a figuras clave de la historia mexicana como Benito Juárez e Ignacio L. Vallarta. Este recorrido histórico sirvió para contextualizar la importancia de la judicatura como pilar fundamental de la civilización y el Estado de Derecho.
Se destacó la labor de magistrados y jueces, no solo por su conocimiento técnico, sino también por su integridad y compromiso con la justicia. Se mencionaron nombres, se compartieron anécdotas y se reconoció la dedicación de cada uno de ellos. Más allá del tiempo de servicio, se enfatizó la trascendencia de su labor, dejando una huella imborrable en la historia de la judicatura de la Ciudad de México.
Un momento particularmente conmovedor fue el recuerdo a aquellos que partieron en el cumplimiento de su deber, cuyos nombres resonaron con especial fuerza en el auditorio. Su memoria, según Guerra Álvarez, se convierte en una guía para quienes continúan su camino, un recordatorio de que la vocación judicial no se extingue.
En definitiva, la ceremonia fue un tributo a la judicatura, a la entrega y al compromiso de quienes la integran. Un reconocimiento a la importancia de su labor en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Un recordatorio de que la justicia, más que un concepto abstracto, se construye día a día con el esfuerzo y la dedicación de mujeres y hombres que han respondido al llamado de la judicatura.
Fuente: El Heraldo de México