
31 de mayo de 2025 a las 18:35
Erika Peña Coss: La Foto Que Nadie Ha Visto
Han pasado casi dos décadas desde que el nombre de Érika Peña Coss se grabó en la memoria colectiva de México, ligado a una tragedia que conmocionó al país. El caso Cumbres, un torbellino de acusaciones, especulaciones y dolor, la colocó en el ojo del huracán, una posición que, a pesar del tiempo transcurrido, parece revivir con cada nueva pieza de información que sale a la luz. La reciente fotografía, filtrada en redes sociales, la muestra en el Abierto de Monterrey del 2017, aparentemente recuperada de las heridas físicas, pero ¿qué hay de las cicatrices emocionales? ¿Cómo se reconstruye una vida después de un evento tan traumático? La imagen, que la muestra integrada a la vida social, abre un abanico de interrogantes sobre el proceso de sanación, la resiliencia y la capacidad de superar el dolor. Es un recordatorio de que detrás de los titulares sensacionalistas y las crónicas judiciales, hay personas que luchan por reescribir su historia.
La reaparición de Érika en la esfera pública, aunque sea a través de una fotografía, reaviva el debate sobre la justicia, la verdad y la memoria. Mientras Diego Santoy, desde la prisión, sigue proclamando su inocencia parcial, la versión de Érika permanece en silencio, un silencio que se ha interpretado de diversas maneras a lo largo de los años. ¿Es un silencio producto del trauma? ¿Una estrategia de protección? ¿O acaso guarda una verdad que aún no está lista para compartir? La falta de una declaración pública de su parte alimenta las conjeturas y perpetúa el misterio que rodea al caso. Cada imagen, cada mención, cada nueva entrevista relacionada con el caso Cumbres, es una pieza más en un rompecabezas complejo y doloroso, donde la verdad parece escurrirse entre los dedos.
El contraste entre la imagen de Érika en el Abierto de Monterrey y las crudas descripciones del crimen genera una disonancia difícil de procesar. Por un lado, la aparente normalidad de su vida actual, por otro, el eco de un pasado trágico que sigue resonando en la sociedad. Esta dicotomía nos obliga a reflexionar sobre la naturaleza del trauma, la capacidad de adaptación del ser humano y la complejidad de los procesos de duelo. ¿Es posible pasar página después de una experiencia tan devastadora? ¿Qué significa "recuperarse" en un contexto como este? La fotografía, lejos de ofrecer respuestas, multiplica las preguntas y nos confronta con la fragilidad de la vida y la persistencia del dolor.
Más allá del morbo y la fascinación por lo macabro, el caso Cumbres nos invita a replantear la forma en que abordamos las tragedias. ¿Estamos condenados a revivir el dolor de las víctimas cada vez que sus nombres vuelven a los titulares? ¿O podemos encontrar una manera de recordar sin revictimizar, de informar sin sensacionalizar? La historia de Érika Peña Coss, más allá de los detalles escabrosos del crimen, es una historia de supervivencia, una historia que nos interpela a todos como sociedad. Es un llamado a la empatía, a la comprensión y a la búsqueda de la verdad, una verdad que, en este caso, parece estar aún fragmentada, esperando ser reconstruida.
Fuente: El Heraldo de México