La tragedia se cernió sobre las calles de Hanói, Vietnam, el viernes 30 de mayo de 2025. Una cámara de seguridad capturó el instante preciso en que dos jóvenes, a bordo de una motocicleta blanca, se vieron repentinamente envueltos en una lucha mortal contra un enemigo invisible: la electricidad. A las 11:17 horas locales, la vida de esta pareja se truncó de manera abrupta y desgarradora.

El video, estremecedor testimonio de la fragilidad de la vida, muestra cómo la motocicleta se enreda con un cable caído, precipitando a sus ocupantes al asfalto. Mientras el joven parece fallecer casi instantáneamente, la mujer, en un acto reflejo de supervivencia, intenta desesperadamente liberar el vehículo de la trampa mortal. Desconoce, en esos segundos que se estiran como una eternidad, que ese cable es portador de una corriente letal.

La escena, presenciada impotente por los vecinos, se torna aún más trágica con el conocimiento de la causa subyacente: una tormenta eléctrica previa había derribado un árbol, arrastrando consigo el cableado eléctrico. Este detalle, aparentemente insignificante, se convirtió en el catalizador de una tragedia que ha conmocionado a la comunidad.

La lucha de la joven contra la corriente es un desgarrador recordatorio del poder implacable de la naturaleza. Segundos que se convierten en una agonía interminable antes de sucumbir, junto a su compañero, a la descarga eléctrica.

Este accidente pone de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad de los motociclistas, el medio de transporte más popular en Vietnam debido a su compleja geografía. La dependencia de las motocicletas en el país se ha visto teñida de tragedia en los últimos años, especialmente tras el devastador incendio de septiembre de 2023, provocado por un cortocircuito en la batería de una motocicleta de gasolina, que cobró la vida de 56 personas. Este antecedente ha generado una creciente preocupación en torno a la seguridad de estos vehículos, alimentando una psicosis colectiva que este nuevo incidente no hace más que exacerbar.

Las autoridades locales han iniciado una investigación para determinar las responsabilidades en este trágico suceso. Mientras tanto, la comunidad de Hanói llora la pérdida de dos jóvenes vidas, truncadas en un instante por una concatenación fatal de circunstancias. Este accidente sirve como un crudo recordatorio de la importancia de la prevención y del mantenimiento adecuado de las infraestructuras eléctricas, especialmente en zonas propensas a tormentas y desastres naturales. Asimismo, reabre el debate sobre la seguridad vial en Vietnam y la necesidad de implementar medidas que protejan a los usuarios de motocicletas, un medio de transporte indispensable en la vida cotidiana de millones de personas. La sombra de la tragedia se cierne sobre Hanói, dejando una profunda herida en la comunidad y planteando interrogantes cruciales sobre la seguridad y la prevención en un mundo cada vez más vulnerable a los embates de la naturaleza y las fallas humanas.