La tensión se palpa en el aire. Tras días de intensa movilización y debate en el corazón de la Ciudad de México, la Sección 22 de Oaxaca, el bastión más numeroso del magisterio disidente, ha tomado una decisión crucial: levantar el plantón en la Plaza de la Constitución. Una votación ajustada, casi un susurro en la magnitud del movimiento, con apenas 257 votos de diferencia, ha marcado el rumbo de miles de docentes. 5,555 voces a favor del retiro contra 5,298 que abogaban por la permanencia, un reflejo palpable de la división interna que atraviesa al magisterio.

Este resultado, sin embargo, no representa el fin de la lucha. La Sección 22, si bien abandona la emblemática plaza, no renuncia a sus demandas. La tarde se presenta crucial, a la espera del pronunciamiento oficial del Comité Ejecutivo Seccional. ¿Cuál será su próxima estrategia? ¿Cómo se reconfigurará la protesta tras este repliegue táctico? La incertidumbre se cierne sobre el movimiento, mientras que las secciones de Guerrero, Chiapas y Zacatecas, firmes en su convicción, mantienen su presencia en el Zócalo capitalino.

La convocatoria a una asamblea nacional en la sede de la CNTE añade un nuevo capítulo a esta historia de reivindicaciones. En este espacio, se espera que se analicen las respuestas del Gobierno Federal y Estatal al pliego petitorio, respuestas que, si bien ofrecen algunas concesiones, no parecen suficientes para aplacar la inconformidad del magisterio.

El reconocimiento de las particularidades regionales y culturales de Oaxaca en los procesos de admisión y promoción docente, junto con la promesa de una inversión de hasta 800 millones de pesos para el próximo ciclo escolar, son pasos importantes, pero insuficientes para abordar la complejidad de la problemática educativa en el estado. La promesa de la conclusión del hospital ISSSTE en Oaxaca, aunque vital para la atención médica de los trabajadores, no resuelve las demandas centrales del magisterio.

La dotación de uniformes escolares, a través de un programa permanente, es una medida que busca aliviar la carga económica de las familias oaxaqueñas, pero no aborda la raíz de las desigualdades educativas. El compromiso de mantener un diálogo constante entre las partes es una luz en el camino, aunque la historia de las negociaciones entre el gobierno y la CNTE está marcada por desencuentros y desconfianzas.

La pregunta que resuena ahora es: ¿será este el inicio de una verdadera solución o simplemente un nuevo capítulo en la larga lucha del magisterio por una educación digna y justa? El futuro del movimiento se escribe ahora, en las asambleas, en las negociaciones, en las calles. La mirada del país está puesta en Oaxaca, en la CNTE, en el futuro de la educación. El tiempo dirá si la retirada de la Plaza de la Constitución fue un paso atrás para tomar impulso o el principio del fin de una lucha histórica.