
30 de mayo de 2025 a las 04:40
UANL lleva educación a la Sierra
La Sierra de Santiago, un imponente paisaje de montañas, arroyos y valles, se ha convertido en el escenario de una transformadora iniciativa educativa. Hace tres años, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), consciente de las dificultades que enfrentan los jóvenes de comunidades rurales para acceder a la educación media superior, sembró una semilla de esperanza en este terreno agreste. Con el apoyo tecnológico y académico de la Estrategia Digital UANL, la Preparatoria 20 extendió sus alas hasta Laguna de Sánchez, un poblado ubicado a más de 1,800 metros de altura, y posteriormente a la Ciénega de González, llevando consigo la promesa de un futuro mejor.
Imaginen las vidas de estos jóvenes antes de la llegada de este programa. Jóvenes con sueños y aspiraciones, pero con limitadas oportunidades para continuar su formación académica. Para muchos, la secundaria marcaba el fin de su trayectoria educativa. La distancia, la compleja orografía y la falta de recursos económicos representaban barreras infranqueables. La UANL, bajo el liderazgo del Rector Santos Guzmán López, reconoció esta necesidad imperante y se propuso derribar estos muros, llevando la educación directamente a las comunidades.
Este proyecto, que comenzó como un piloto con tan solo 14 estudiantes en Laguna de Sánchez, ha crecido exponencialmente. Hoy, tres generaciones y 50 alumnos después, incluyendo a los de la Ciénega de González, se preparan para cosechar los frutos de su esfuerzo. Y no solo se les ofrece la oportunidad de cursar el bachillerato, sino que se les brinda una formación técnica en administración contable, una herramienta invaluable para potenciar los negocios familiares y las actividades económicas propias de la región, como la agricultura, la producción de alimentos y el turismo.
Las historias de estos jóvenes son un testimonio del impacto de esta iniciativa. Érick Everardo, quien ayuda a sus padres en su carpintería, recorre diariamente más de 20 minutos en moto para asistir a clases. A pesar de las inclemencias del tiempo y las dificultades del camino, reconoce que esta es la única opción que le permite continuar sus estudios y avanzar hacia un futuro más prometedor.
Edrey Alexis, mesero en el puesto de tacos de su abuela, expresa su gratitud a la UANL por brindarle esta oportunidad inigualable. De no ser por este programa, tendría que desplazarse a Santiago, enfrentando gastos de transporte y alojamiento, una realidad inalcanzable para muchos jóvenes de la sierra.
La implementación de este proyecto no ha estado exenta de desafíos. Llevar la universidad a un entorno tan remoto, con sus propias particularidades y carencias, requirió de un esfuerzo conjunto. La colaboración entre la UANL, los padres de familia, la sociedad y el Ayuntamiento de Santiago, que aportó terrenos y aulas móviles, fue fundamental para el éxito de la iniciativa. La experiencia adquirida durante la pandemia con las clases virtuales también jugó un papel crucial, permitiendo conectar a los estudiantes de la Ciénega de González con los profesores en Santiago.
Las voces de las estudiantes Ingrid Alexa y Debani Lizeth reflejan la esperanza y la determinación de esta nueva generación. Ingrid, proveniente del poblado El Tejocote, enfrenta con valentía las dificultades que el internet, la lluvia o la carretera puedan presentar. Su deseo de superación, impulsado por el apoyo de sus padres, es más fuerte que cualquier obstáculo. Debani, por su parte, sueña con continuar sus estudios universitarios en Santiago después de graduarse del bachillerato, un sueño que ahora está al alcance de su mano.
La historia de la Preparatoria 20 en la Sierra de Santiago es un ejemplo inspirador de cómo la educación puede transformar vidas y comunidades. Es una muestra del compromiso de la UANL con la inclusión y la equidad educativa, llevando la luz del conocimiento a los lugares más recónditos y brindando oportunidades a quienes más las necesitan. Es una semilla que ha germinado en la montaña, y cuyos frutos prometen un futuro más próspero para la Sierra de Santiago.
Fuente: El Heraldo de México