Las lluvias torrenciales que azotan la Ciudad de México cada año son un reto ineludible, una prueba de fuego para la infraestructura urbana y la capacidad de respuesta de las autoridades. Ante esta realidad, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se prepara con un arsenal de recursos y un ejército de profesionales listos para enfrentar las inclemencias del tiempo y salvaguardar a la población. Bajo la dirección de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, la SSC ha desplegado el Plan de Coordinación Interinstitucional para la atención de Emergencias por Lluvias, Tlaloque, una estrategia que busca no solo reaccionar ante las inundaciones, sino prevenirlas en la medida de lo posible.

Imaginen la fuerza de ocho vehículos UNIMOG abriéndose paso entre las aguas, auténticos titanes diseñados para sortear cualquier obstáculo. A ellos se suman cinco lanchas, surcando las calles convertidas en ríos, llevando a bordo a rescatistas del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y de la Policía Metropolitana. No son simples embarcaciones, son la esperanza en medio del caos, la promesa de una mano amiga para quienes se encuentran atrapados por la furia del agua. Y si la situación lo requiere, diez camiones costeros, tres grúas y cinco unidades de auxilio vial se unen a la batalla, equipados con todo lo necesario: agua, gasolina, arena, extintores, conos reflejantes, trafitambos, cables pasa corriente y una variada gama de herramientas. Son la vanguardia de la respuesta, los primeros en llegar a la escena para brindar apoyo y asistencia.

Pero la preparación no se limita a los vehículos. La SSC ha dispuesto 14 ambulancias y una unidad especial de rescate, listas para atender cualquier emergencia médica que pueda surgir. Además, cada vehículo de emergencia cuenta con un kit del Programa de Auxilio y Protección a la Población, una caja de Pandora llena de herramientas esenciales: palas, picos, cuerdas, arneses, hachas, linternas, motosierras. Todo lo necesario para abrir caminos, rescatar a personas atrapadas y brindar los primeros auxilios. A esto se suman 43 motobombas, 55 chalecos salvavidas y 53 cámaras de hule inflables, un despliegue logístico que demuestra la seriedad con la que se toma la temporada de lluvias.

La labor de la SSC no se limita a la reacción. La Subsecretaría de Operación Policial ha dispuesto a sus agentes para sustraer el agua de los domicilios afectados por inundaciones, una tarea titánica que requiere esfuerzo y dedicación. También se encargan del traslado de personas varadas, convirtiéndose en un puente entre la seguridad y la desesperación. Por su parte, la Subsecretaría de Control de Tránsito implementa un dispositivo vial y de seguridad, guiando a los conductores a través de los puntos críticos y ofreciendo líneas de apoyo y orientación en pasos a desnivel, bajo puentes y arterias viales propensas a inundaciones. Las grúas de la SSC se convierten en ángeles guardianes para aquellos vehículos que sucumben ante la fuerza del agua, rescatándolos del cautiverio y devolviéndoles la movilidad a sus dueños.

El ERUM, siempre presente, brinda atención médica de emergencia y participa en las tareas de rescate, demostrando su versatilidad y compromiso. La SSC trabaja en estrecha colaboración con otras instituciones, como las Secretarías de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, y de Gestión Integral del Agua, el Heroico Cuerpo de Bomberos, las fuerzas federales y las Alcaldías. Es una sinergia de esfuerzos, una red de seguridad tejida para proteger a la ciudadanía. La temporada de lluvias puede ser un desafío, pero la Ciudad de México está preparada. La SSC, con su equipo especializado, su personal capacitado y su compromiso inquebrantable, está lista para enfrentar la tormenta.