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31 de mayo de 2025 a las 02:55

Remesas: Clave para el futuro.

En un contexto de creciente tensión bilateral, la llamada telefónica entre el canciller mexicano Juan Ramón de la Fuente y el senador Marco Rubio (es importante aclarar que Rubio es senador, no Secretario de Estado) ha inyectado una dosis de esperanza en la compleja relación entre México y Estados Unidos. Más allá del formalismo diplomático, la conversación desvela la profunda preocupación del gobierno mexicano por la propuesta de ley que busca gravar las remesas con un impuesto del 3.5%. Este tema, sensible para millones de familias mexicanas que dependen de estos envíos, se ha convertido en el epicentro de la discusión bilateral.

La firmeza con la que el canciller De la Fuente expresó su rechazo a la medida subraya la importancia vital de las remesas para la economía mexicana. No se trata simplemente de una transferencia de dinero, sino de un salvavidas económico para muchas familias, un motor de desarrollo en comunidades rurales y un factor clave para la estabilidad social. Gravar estas remesas, argumenta México, impactaría directamente en el bolsillo de los más vulnerables y pondría en riesgo el sustento de quienes dependen de ellas. El gobierno mexicano defiende que los migrantes mexicanos contribuyen significativamente a la economía estadounidense con su trabajo y, por lo tanto, imponer un impuesto a sus remesas sería una medida injusta y contraproducente.

La mención de la próxima visita de legisladores mexicanos a Washington D.C. abre una ventana de oportunidad para el diálogo y la búsqueda de consensos. Esta reunión, que se prevé crucial para el futuro de la relación bilateral, permitirá a los representantes mexicanos exponer directamente a sus contrapartes estadounidenses las implicaciones negativas de esta medida. El objetivo es claro: frenar el avance de la reforma y proteger los intereses de los mexicanos en el exterior.

Mientras tanto, el reconocimiento por parte del senador Rubio de los avances en materia de migración y seguridad, y su énfasis en el combate al tráfico de armas, sugieren una voluntad de cooperación en temas clave para ambos países. Si bien las diferencias en torno al impuesto a las remesas persisten, la disposición al diálogo y la colaboración en otras áreas podrían allanar el camino para una solución mutuamente beneficiosa.

Sin embargo, la sombra de la incertidumbre se cierne sobre el futuro de la relación bilateral. La propuesta de ley, aún en debate en el Congreso estadounidense, representa un obstáculo significativo para la armonía entre ambos países. La presión del gobierno mexicano y la movilización de la comunidad migrante serán determinantes para influir en la decisión final.

En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha alzado la voz para defender los derechos de los migrantes mexicanos y rechazar categóricamente el impuesto a las remesas. Su postura, en línea con la del canciller De la Fuente, reafirma el compromiso del gobierno mexicano con la protección de sus ciudadanos en el exterior y la defensa de sus intereses.

El futuro de la relación entre México y Estados Unidos se encuentra en un punto crucial. La llamada telefónica entre el canciller De la Fuente y el senador Rubio representa un primer paso hacia la resolución de un conflicto que amenaza con empañar la cooperación bilateral. El diálogo, la negociación y la búsqueda de consensos serán fundamentales para superar este desafío y construir una relación más justa y equitativa para ambos países. El tiempo dirá si la diplomacia prevalecerá sobre las diferencias y si la voz de los millones de mexicanos que dependen de las remesas será escuchada.

Fuente: El Heraldo de México