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31 de mayo de 2025 a las 01:05
Niña de 8 años escapa de maltrato en Ecatepec
La historia de Ashley, una pequeña de tan solo ocho años, conmueve y alarma a la sociedad mexiquense. Imaginen la escena: una niña, prácticamente una bebé, caminando sola por la peligrosa carretera Texcoco-Lechería, un viernes por la tarde, con el sol cayendo a plomo o quizás bajo la inclemencia de una lluvia repentina. Su pequeño cuerpo abriéndose paso entre el tráfico, el ruido ensordecedor de los coches y camiones, la contaminación, el miedo acechando en cada esquina. Un escenario desgarrador que nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad de nuestros niños y la importancia de estar alerta.
Afortunadamente, la pericia y la sensibilidad de los oficiales de policía de Ecatepec evitaron una tragedia. Durante uno de sus patrullajes rutinarios, vieron a Ashley, perdida y desorientada. Su instinto les dijo que algo no andaba bien. La subieron a la patrulla, le ofrecieron seguridad y un oído atento. En ese ambiente de confianza, la pequeña se animó a contar su historia: había huido de su casa en Acolman, escapando del maltrato infligido por su padrastro. Su objetivo: llegar a la casa de sus abuelos en Ecatepec, un refugio, un oasis de paz en medio de la tormenta que azotaba su corta vida. Un recorrido que, a pesar de su corta edad, emprendió con la valentía desesperada de quien busca protección.
La policía de Ecatepec, demostrando una vez más su compromiso con la comunidad, activó de inmediato el protocolo de atención a víctimas. Localizaron a los abuelos de Ashley, quienes seguramente la recibieron con los brazos abiertos, aliviados de encontrarla sana y salva. Pero la historia no termina aquí. El caso de Ashley no es un caso aislado, es un reflejo de una realidad dolorosa que afecta a muchos niños en nuestro país.
Las autoridades, conscientes de la gravedad de la situación, han canalizado el caso al Centro de Justicia para las Mujeres. Ashley tendrá la oportunidad de presentar una denuncia formal, un paso crucial para que se haga justicia y se le brinde la protección que necesita. La Unidad de Atención a Víctimas le proporcionará el apoyo psicológico y legal necesario para superar este trauma y reconstruir su vida.
Este suceso nos recuerda la importancia de crear redes de apoyo para nuestros niños. Vecinos, maestros, familiares, todos tenemos la responsabilidad de estar atentos a las señales de maltrato. No podemos permitir que la violencia se normalice, que se esconda tras las paredes de un hogar. Debemos ser la voz de aquellos que no pueden hablar, la protección de aquellos que son más vulnerables.
El caso de Ashley es un llamado a la acción. Es un recordatorio de que la seguridad de nuestros niños es una tarea de todos. Debemos trabajar juntos, como sociedad, para construir un futuro donde todos los niños puedan crecer en un ambiente de amor, respeto y protección. Si sospechas que un niño está siendo maltratado, no dudes en denunciarlo. Tu llamada puede salvar una vida.
Fuente: El Heraldo de México