La promesa de un México conectado por rieles de acero se materializa con el ambicioso proyecto del tren Ciudad de México - Querétaro. Imaginen, un viaje que solía robarnos seis horas de nuestro preciado tiempo, reducido a tan solo dos. Una bocanada de aire fresco para quienes transitan constantemente entre estas vibrantes ciudades, ya sea por motivos laborales, familiares o simplemente por el placer de explorar nuevos horizontes.

Más allá de la evidente mejora en la movilidad, este proyecto se erige como un motor de desarrollo económico para la región. La construcción de esta magna obra generará hasta 200 mil empleos, una inyección de vitalidad para las comunidades aledañas. Familias que verán un futuro más próspero, jóvenes que encontrarán oportunidades en su propia tierra y un impulso al comercio local que revitalizará la economía de la zona.

El tren México-Querétaro no es un proyecto aislado, sino una pieza clave en un ambicioso plan de infraestructura ferroviaria que busca tejer una red de más de 3 mil kilómetros de vías férreas a lo largo del sexenio. Una visión de futuro que conecta no solo ciudades, sino también sueños y esperanzas de un país mejor comunicado. Querétaro, con su ubicación estratégica, se convertirá en un nodo central de esta red, conectando con el norte del país y abriendo nuevas rutas hacia puntos neurálgicos del territorio nacional.

El pasado 27 de abril, desde el corazón de Pedro Escobedo, Querétaro, se dio el banderazo de salida para esta obra monumental. Un municipio pujante, el séptimo más poblado del estado, se convierte en el epicentro de un proyecto que promete transformar la realidad de la región. Un día histórico que marca el inicio de la construcción, la cual se estima tendrá una duración de dos años y seis meses, con la expectativa de inaugurar este tren en 2027.

La Secretaría de la Defensa Nacional juega un papel fundamental en la realización de este proyecto, garantizando que permanezca bajo la tutela del Estado y evitando su privatización. Una decisión que refuerza el compromiso del gobierno con el desarrollo y el bienestar de todos los mexicanos.

Con una velocidad máxima de 200 kilómetros por hora, el tren recorrerá 226 kilómetros de doble vía, ofreciendo un viaje cómodo y eficiente. Las estaciones y paraderos, estratégicamente ubicados tras minuciosos estudios de demanda, se convertirán en puntos de encuentro y conexión, facilitando el acceso a diferentes zonas y dinamizando la actividad económica de las localidades. Si bien la información actual es preliminar y sujeta a modificaciones a medida que avanza el proyecto, la transparencia en la comunicación es fundamental para mantener a la ciudadanía informada y partícipe de este proceso transformador.

La construcción del tren México-Querétaro es más que una obra de infraestructura, es un símbolo de progreso, una apuesta por el futuro y una muestra tangible del compromiso con un México más conectado, más próspero y más justo para todos.