Iztapalapa, un pulmón vital de la Ciudad de México, se renueva. No solo con el florecimiento de la jacaranda que pinta sus calles de violeta cada primavera, sino con una profunda transformación en la gestión de residuos, una iniciativa impulsada por la alcaldesa Aleida Alavez Ruiz que promete un futuro más limpio y saludable para todos sus habitantes. Imaginen un Iztapalapa donde el aroma a limpio reemplace al de la basura acumulada, donde los colores vibrantes de sus murales no compitan con los grises montones de desechos. Este es el sueño que se materializa con el nuevo programa integral de manejo de residuos.

Más allá de simples medidas cosméticas, este plan ataca el problema de raíz, desde la concientización en las escuelas hasta la dignificación del personal de Limpia, esos héroes anónimos que día a día luchan por mantener nuestras calles transitables. Piensen en los niños, aprendiendo desde pequeños la importancia de separar la basura, convirtiéndose en embajadores de la limpieza en sus hogares y comunidades. Imaginen a los trabajadores de Limpia, equipados con uniformes nuevos, orgullosos de su labor, reconocidos como actores clave en la transformación de Iztapalapa.

La alcaldesa Alavez Ruiz no se limita a presentar un plan, sino que llama a la acción colectiva. Nos invita a ser parte de la solución, a no ser indiferentes ante la basura en las calles, a denunciar a quienes ensucian nuestro entorno. Porque la limpieza de Iztapalapa no es responsabilidad exclusiva del gobierno, es un compromiso compartido, una tarea que nos compete a todos.

La erradicación de los tiraderos clandestinos es otro pilar fundamental de esta iniciativa. Estos focos de infección, que contaminan el suelo, el aire y el agua, desaparecerán para dar paso a espacios verdes, a lugares de esparcimiento para las familias. Un Iztapalapa libre de tiraderos clandestinos es un Iztapalapa más sano, un Iztapalapa donde la vida florece.

La lucha contra las inundaciones, un problema recurrente en la demarcación, también se aborda desde la perspectiva de la gestión de residuos. Al mantener las coladeras libres de basura, se facilita el flujo del agua, previniendo encharcamientos e inundaciones que afectan el patrimonio y la seguridad de las familias. La alcaldesa ha sido contundente: cero tolerancia a quienes depositen basura en la vía pública. Una medida drástica, sí, pero necesaria para proteger a Iztapalapa de los estragos de las lluvias.

Los desazolves, que ya superan los 90 mil metros lineales, son una muestra del compromiso de la alcaldesa con la prevención de inundaciones. La meta es ambiciosa: alcanzar los 120 mil metros lineales antes de la temporada de lluvias más intensa. Un esfuerzo titánico que demuestra la determinación de la administración por garantizar la seguridad y el bienestar de los iztapalapenses.

Este programa integral no es una promesa vacía, es una realidad que se construye día a día, con la participación de todos. Un Iztapalapa limpio y saludable no es una utopía, es un objetivo alcanzable, un futuro que se escribe con la colaboración de cada uno de sus habitantes. Únete a esta transformación, sé parte del cambio, construyamos juntos el Iztapalapa que soñamos.