El fantasma de la inflación sigue acechando los bolsillos de los mexicanos, y el precio de la gasolina, un termómetro implacable de la economía familiar, no da tregua. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirmó lo que muchos temían: el estímulo fiscal para la gasolina Magna y el Diésel se mantiene en cero. Esto significa que, una vez más, los automovilistas deberán absorber el 100% del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), un golpe directo a su economía en tiempos de incertidumbre.

Mientras algunos analistas esperaban un ligero alivio en el IEPS, la realidad se impone con la frialdad de los números. El decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) este viernes 30 de mayo de 2025, deja en claro que el gobierno mantiene su postura. La justificación oficial, como en ocasiones anteriores, apunta a la volatilidad del mercado internacional y la necesidad de mantener la estabilidad financiera del país. Sin embargo, para el ciudadano común, esto se traduce en un gasto extra que impacta directamente en su presupuesto.

Un breve respiro se observa en el precio de la Magna, que registró una ligera baja esta semana, cotizando en 23.51 pesos por litro a nivel nacional. Sin embargo, esta buena noticia se ve empañada por el incremento en el precio de la Premium, que alcanzó los 25.52 pesos por litro. El Diésel, por su parte, se mantiene estable en 25.83 pesos, una noticia que no tranquiliza al sector del transporte, vital para la economía del país.

Las diferencias regionales, como siempre, pintan un panorama aún más complejo. Mientras que en la Ciudad de México la Magna se mantiene en 23.51 pesos y la Premium llega a los 25.61 pesos, en Jalisco el precio de la Magna sube a 23.89 pesos y la Premium a 26.17 pesos. En Nuevo León, la situación es similar, con la Magna en 23.84 pesos y la Premium alcanzando los 27.12 pesos, un precio que sin duda hará reflexionar a más de un conductor.

El gas natural vehicular, una alternativa para muchos, también muestra variaciones. Con un precio mínimo de 10.99 pesos por litro, un promedio de 12.55 pesos y un máximo de 13.99 pesos, se presenta como una opción, aunque su disponibilidad y la infraestructura necesaria para su uso aún son limitadas en muchas zonas del país.

Ante este panorama, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) refuerza su vigilancia en las gasolineras de todo el país. La Subprocuraduría de Verificación mantiene su programa permanente de inspección para garantizar que los consumidores no sean víctimas de abusos y que los precios se mantengan dentro de los márgenes establecidos. Sin embargo, más allá de la vigilancia, la pregunta que queda en el aire es ¿cuánto tiempo más podrán los mexicanos soportar el peso de la gasolina en sus bolsillos? La respuesta, como la volatilidad del mercado, se mantiene incierta.