
30 de mayo de 2025 a las 23:55
El ojo morado de Elon: ¿Qué pasó?
La sorpresiva salida de Elon Musk del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) ha dejado a muchos con la boca abierta. Su breve pero intensa gestión, marcada por la polémica de los recortes presupuestales y culminada con un llamativo moretón en su ojo derecho, ha generado un sinfín de especulaciones y comentarios en la esfera pública. La imagen del magnate recibiendo la llave de la Casa Blanca de manos del propio Donald Trump, con una gorra con el logo de DOGE y una camiseta que lo proclamaba "The DogeFather", contrasta fuertemente con la posterior imagen del mismo Musk, con el ojo morado, explicando las razones de su abrupta renuncia.
Más allá de la anécdota del golpe, supuestamente propinado por su hijo X Æ A-12 durante un juego, la partida de Musk plantea interrogantes sobre el futuro del DOGE y sobre el propio rol del empresario en la política estadounidense. Su queja de haber sido convertido en el "coco" de los recortes presupuestales revela las tensiones internas dentro de la administración Trump y la dificultad de implementar medidas de austeridad en un contexto político tan polarizado.
La cifra de 104 mil millones de dólares en pérdidas, atribuida por Musk a su "aventura política", es un dato impactante que pone en perspectiva el costo personal de su incursión en el gobierno. Si bien es cierto que sus empresas, Tesla, SpaceX y X, requieren una atención constante, la magnitud de las pérdidas sugiere que la decisión de Musk no fue tomada a la ligera. El factor familiar, con 14 hijos de diferentes madres, también parece haber pesado en la balanza, aunque la anécdota del juego con X Æ A-12 deja un sabor agridulce y abre la puerta a interpretaciones diversas.
La reciente publicación en el New York Times sobre el presunto consumo de drogas por parte de Musk añade otra capa de complejidad a la historia. Si bien no se ha establecido una conexión directa entre esta publicación y su renuncia, es inevitable que la sombra de la sospecha se cierna sobre el magnate. ¿Fue la presión mediática la gota que derramó el vaso? ¿O se trata de una simple coincidencia?
El futuro de DOGE es incierto. ¿Se mantendrá el departamento con un nuevo líder? ¿O será disuelto, confirmando las sospechas de quienes lo veían como un experimento fallido? La respuesta a estas preguntas la dará el tiempo. Lo que sí es seguro es que la breve incursión de Elon Musk en la política estadounidense ha dejado una huella imborrable, tanto en la administración Trump como en la imaginación del público. Su figura, siempre controvertida y rodeada de un aura de genialidad y excentricidad, continuará generando debate y alimentando la curiosidad de quienes siguen de cerca sus pasos. ¿Será este el final de su carrera política? ¿O simplemente un receso antes de un nuevo capítulo, aún más sorprendente e impredecible? Solo el tiempo lo dirá.
Fuente: El Heraldo de México