La seguridad, un tema que nos toca a todos, no puede ser abordada con simples reacciones mediáticas o con la resignación ante la violencia. Debemos ir más allá, construyendo estrategias integrales que partan desde la prevención y fortalezcan el tejido social, gravemente dañado en diversas regiones de nuestro país. No podemos permitir que el miedo dicte nuestras vidas, ni que la delincuencia imponga las reglas. Es hora de recuperar la paz y la tranquilidad que merecemos.

La visita del Secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, a la Cámara de Diputados, abrió un espacio crucial para el diálogo y la propuesta de soluciones concretas. Más allá de los discursos oficiales, se planteó la necesidad de un frente común, donde todas las instituciones trabajen en conjunto, priorizando la paz de la ciudadanía. Porque sin paz, no hay convivencia, no hay desarrollo, no hay futuro.

Uno de los puntos clave que se abordaron fue el fortalecimiento de las policías municipales. Ellas son la primera línea de defensa, los primeros respondientes ante la emergencia. Necesitan capacitación constante, incentivos que reconozcan su labor y, sobre todo, un profundo conocimiento del contexto social en el que operan. Proponemos la formación de al menos 2,500 mandos municipales, un ejercicio en cascada que profesionalice las estructuras y blinde los procesos, evitando que el debido proceso se convierta en un simple pretexto. Las policías municipales deben ser un referente social, con la calidad moral y las garantías necesarias para cumplir su función.

Es fundamental, además, un presupuesto justo y equitativo para la seguridad. No podemos castigar a los estados que dan resultados, al contrario, debemos incentivar las buenas prácticas y generar un sistema de medición que permita evaluar el avance y retroceso en la materia. La inversión en seguridad no es un gasto, es una inversión en el futuro de nuestro país.

La prevención es la clave. Programas como "Jóvenes Construyendo el Futuro" deben incorporar la salud mental y la detección temprana de neurodivergencias, brindando a las nuevas generaciones herramientas para una vida plena y alejada de la violencia. Asimismo, urge la creación de una Fiscalía Especializada en Delitos contra Mujeres y Niñas, una respuesta contundente ante la alarmante cifra de impunidad que supera el 94% en estos casos. No podemos seguir tolerando la violencia de género, debemos actuar con firmeza y determinación.

En resumen, se necesita un doble enfoque: preventivo, para construir bases sólidas y duraderas para la paz, y de acciones inmediatas, para atender la urgencia que se vive en muchas regiones del país. La seguridad es un tema complejo, pero no imposible de resolver. Con voluntad política, estrategias inteligentes y la participación de todos, podemos construir un México más seguro y en paz. Es un compromiso que debemos asumir con responsabilidad y determinación.