La sombra de la duda vuelve a cernirse sobre el caso Maradona. Tras meses de audiencias, testimonios desgarradores y un desfile constante de peritos y especialistas, la justicia argentina ha decidido dar un paso atrás, un paso drástico que nos retrotrae al punto de partida. La anulación del juicio por la muerte de Diego Armando Maradona no solo implica un revés procesal, sino que reabre las heridas de una familia que aún busca respuestas, que aún clama por justicia en medio de un torbellino mediático que parece no tener fin.

El fantasma de la imparcialidad se cierne sobre el proceso. La participación de la jueza Makintach en un documental sobre el caso, una falta ética de una gravedad inusitada, ha dinamitado los cimientos de un juicio que prometía arrojar luz sobre las circunstancias que rodearon la muerte del astro del fútbol. La imagen de la justicia se ve empañada, la confianza en las instituciones se tambalea. ¿Cómo es posible que una magistrada, garante de la objetividad y la equidad, se involucre de tal manera en un proceso que le compete juzgar? La renuncia de Makintach y su posterior suspensión por parte de la Corte Suprema provincial no son suficientes para aplacar la indignación de la opinión pública. La pregunta que resuena con fuerza es: ¿qué garantías tenemos de que un hecho similar no vuelva a ocurrir?

El nuevo juicio, un horizonte aún difuso, se presenta como un camino largo y tortuoso. Las hijas de Maradona, Dalma, Gianinna y Jana, han manifestado su profundo malestar, su frustración ante un sistema judicial que parece incapaz de brindarles las respuestas que buscan. Verónica Ojeda, expareja del Diez y madre de su hijo menor, reafirma su compromiso con la búsqueda de la verdad, dispuesta a declarar una y mil veces si es necesario. La determinación de la familia es inquebrantable, su sed de justicia, insaciable.

La incertidumbre se apodera del escenario. ¿Cuándo comenzará el nuevo juicio? ¿Quiénes conformarán el nuevo tribunal? ¿Logrará este nuevo proceso, liberado de la sombra de la duda, esclarecer las responsabilidades en la muerte de Maradona? Las respuestas, por ahora, se pierden en un laberinto judicial, un laberinto de plazos indefinidos y procedimientos burocráticos.

Mientras tanto, la figura de Diego Armando Maradona, el ídolo, el mito, el genio del fútbol, sigue presente en el corazón de millones de argentinos. Su legado deportivo, su carisma inigualable, trascienden las fronteras del tiempo y del espacio. Pero su muerte, rodeada de interrogantes y controversias, sigue siendo una herida abierta en el alma de un país que aún llora la pérdida de su hijo pródigo. La justicia, tarde o temprano, deberá dar respuestas.