La oscuridad, ese manto que a menudo se asocia con la inseguridad, está a punto de disiparse en las calles de la Ciudad de México, comenzando por la emblemática colonia Romero Rubio en la alcaldía Venustiano Carranza. Imaginen caminar por calles bañadas en una luz clara y nítida, donde cada rincón es visible, disipando las sombras que antes generaban inquietud. Esa es la promesa del ambicioso programa de modernización del alumbrado público que la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha puesto en marcha. No se trata solo de cambiar focos, sino de transformar la experiencia de transitar por la ciudad, de devolverle a la noche su magia y a los ciudadanos la tranquilidad.

Mil ochocientas nuevas luminarias, una cifra que impresiona, dotarán a la Romero Rubio de una luminosidad sin precedentes. No hablamos de simples bombillas, sino de tecnología LED de última generación, con potencias de 170 y 250 watts. Esto no solo se traduce en una mejor iluminación, sino también en un importante ahorro energético y una reducción en la contaminación lumínica. Un paso adelante hacia una ciudad más sostenible y responsable con el medio ambiente. Imaginen la colonia Romero Rubio brillando con la intensidad de un millar de estrellas, un faro de luz en el corazón de la alcaldía. Un ejemplo, sin duda, para el resto de la ciudad.

Pero la ambición de este proyecto no se limita a una sola colonia. La visión de Clara Brugada es mucho más amplia, abarcando las grandes avenidas de la capital. Desde las arterias principales hasta las calles más pequeñas, la luz se convertirá en un símbolo de seguridad y bienestar. "Si tenemos nuestra calle como si fuera de día en la noche, cambia muchas cosas", afirmó la Jefa de Gobierno, y no podemos estar más de acuerdo. La luz no solo ilumina el camino, sino que también disuade la delincuencia, fomenta la convivencia y revitaliza los espacios públicos.

Este proyecto es una muestra clara del compromiso de un gobierno que se define como "de territorio y no de escritorio". Un gobierno que camina las calles, escucha a los vecinos y trabaja para mejorar su calidad de vida. El programa Casa por Casa, retomado con renovada energía, es una prueba de ello. La cercanía con la gente, el diálogo directo y la atención a las necesidades reales de la ciudadanía son los pilares de esta iniciativa.

La seguridad es un tema complejo que requiere un enfoque integral. La modernización del alumbrado público es una pieza clave en esta estrategia, un paso firme hacia una ciudad más segura, más habitable y más brillante. La transformación no se detiene, y la luz es el camino. La Romero Rubio será la primera en brillar con luz propia, pero pronto, toda la Ciudad de México resplandecerá con la misma intensidad. Un futuro brillante nos espera, un futuro iluminado por la esperanza y el compromiso de un gobierno que trabaja incansablemente por el bienestar de su gente. Un futuro donde la oscuridad dejará de ser sinónimo de miedo, y la luz se convertirá en símbolo de progreso y tranquilidad.