Un cuarto de siglo formando mentes bilingües. Eso es lo que celebra el Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe (CIDEB) de la UANL. 25 años dedicados a la excelencia académica, a la innovación y a la formación de jóvenes comprometidos con su entorno. No se trata solo de dominar un segundo idioma, sino de abrirse a un mundo de posibilidades, de comprender otras culturas y de ser ciudadanos globales.

El Rector Santos Guzmán López lo dejó claro en la ceremonia conmemorativa: el CIDEB es un orgullo para la UANL. Sus egresados son embajadores de la Universidad, no solo en México, sino en el extranjero. Son jóvenes con una formación sólida, capaces de pensar críticamente y de aportar soluciones a los desafíos del mundo actual. Y es que el CIDEB no se limita a la enseñanza de idiomas, sino que fomenta la investigación, la tecnología y la innovación. Un ejemplo de ello es el nuevo edificio FabLab, un espacio donde la creatividad y la tecnología se fusionan para dar vida a proyectos innovadores.

Imaginen un lugar donde los estudiantes pueden convertir sus ideas en objetos tangibles, donde la experimentación es la norma y donde se busca dar respuesta a problemáticas locales y globales. Eso es el FabLab, una apuesta por el futuro y por la formación integral de los jóvenes. Socorro Guajardo González, director del CIDEB, destacó la importancia de este laboratorio para dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias para desenvolverse en un mundo cada vez más tecnológico.

Pero la historia del CIDEB va más allá de la tecnología. Es una historia de constancia, de esfuerzo y de visión. Desde su creación en el año 2000, el CIDEB ha apostado por la educación bilingüe como una herramienta para el desarrollo personal y profesional de los jóvenes. Comenzó con el Bachillerato Bilingüe y, con el tiempo, incorporó nuevos programas, como el Bachillerato Bivalente en Educación Bilingüe (Internacional) y el Bachillerato Bilingüe Progresivo. Incluso, se convirtió en la primera escuela pública del estado y la tercera del país en ofrecer el Bachillerato Internacional, un programa reconocido a nivel mundial.

Y la innovación no se detiene. Recientemente, se implementó el Bachillerato Progresivo en Francés, una opción para aquellos alumnos que buscan dominar una tercera lengua. Este constante crecimiento ha posicionado al CIDEB como una de las mejores preparatorias a nivel nacional, con una matrícula de alrededor de 1,400 alumnos en sus dos turnos. Un modelo educativo que ha trascendido las paredes del CIDEB y se ha replicado en otras preparatorias de la UANL.

La develación de la escultura del centauro, ubicada en la fachada del CIDEB, es un símbolo de la identidad y el espíritu de esta institución. Un símbolo que representa la fuerza, la inteligencia y la búsqueda constante del conocimiento. El CIDEB es más que un centro educativo, es una comunidad de aprendizaje, un espacio donde los jóvenes se preparan para ser los líderes del futuro. Un futuro que, sin duda, se escribe en varios idiomas.