La tragedia tiñó las cristalinas aguas de Cancún, transformando lo que prometían ser unas vacaciones inolvidables en una pesadilla imborrable. Un grupo de amigos, unidos por la alegría y la aventura, se vio repentinamente enfrentado a la brutal realidad de la naturaleza y a la aparente falla de los mecanismos de rescate. Alejandro Cortez, un joven de tan solo 20 años, lleno de vida y valentía, perdió la suya en un acto de heroísmo que conmocionó a todos.

Según los testimonios recogidos, una joven del grupo se encontraba en peligro en el agua, posiblemente arrastrada por la corriente o en dificultades para nadar. Sin dudarlo un instante, Alejandro se lanzó al mar para socorrerla, ignorando el peligro que acechaba bajo la superficie. Un tiburón, atraído quizás por el movimiento y la conmoción, atacó al joven. La escena, presenciada por los aterrados amigos desde la orilla, se tornó aún más dramática por la aparente ineficacia del rescate. Se habla de problemas con la técnica de salvamento y de la tardanza en la llegada de la ayuda, factores que, de confirmarse, agravan aún más la tragedia.

El cuerpo sin vida de Alejandro llegó a la orilla, arrastrado por las olas. La imagen, capturada en un video que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra la crudeza del momento. Bañistas atónitos, rescatistas y salvavidas se agolparon alrededor del cuerpo, intentando comprender la magnitud de lo sucedido. Las mordeduras, evidentes en el cuerpo del joven, dejaban constancia de la ferocidad del ataque. La consternación y el dolor se apoderaron de la playa, un escenario que contrastaba dramáticamente con la belleza natural del lugar.

La madre de Alejandro, Rene, confirmó la terrible noticia a través de un emotivo mensaje en Facebook, la misma red social que había utilizado días antes para pedir ayuda en la búsqueda de su hijo desaparecido. "Mantuvimos la esperanza, y oramos por un milagro", escribió con el corazón roto. Sus palabras reflejan la angustia y la incertidumbre que la familia vivió durante los tres largos días en los que Alejandro estuvo desaparecido. "Dios respondió a nuestras oraciones. El cuerpo de Alejandro ha sido encontrado, Matt y yo vamos a poder traer a nuestro bebé a casa", continuó, expresando un dolor que resonó en miles de usuarios que siguieron la historia con impotencia.

La Fiscalía General de Justicia del Estado de Quintana Roo (FGE) había emitido una alerta de búsqueda con los datos de Alejandro, pero lamentablemente los esfuerzos no fueron suficientes para encontrarlo con vida. Ahora, las autoridades deberán investigar las circunstancias del ataque y la actuación de los servicios de rescate. Se espera que se esclarezcan las causas de la demora y se determinen las responsabilidades, en un intento por evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir.

Este lamentable suceso deja una profunda herida en la comunidad y plantea interrogantes sobre la seguridad en las playas de Cancún. La necesidad de reforzar los protocolos de seguridad, mejorar la capacitación del personal de rescate y aumentar la vigilancia en zonas de riesgo se hace evidente. La memoria de Alejandro Cortez debe servir como un llamado a la acción para que las autoridades implementen medidas efectivas que garanticen la seguridad de los bañistas y eviten que la alegría de las vacaciones se transforme en una tragedia irreparable.