Belinda, el ícono pop que ha cautivado a generaciones con su talento y versatilidad, vuelve a estar en el ojo del huracán, y no precisamente por un nuevo éxito musical, sino por su postura frente al controvertido género de los corridos tumbados. En un contexto donde la polémica envuelve a este estilo musical, acusado por algunos de glorificar la violencia y el narcotráfico, la voz de Belinda resuena con fuerza, aportando una perspectiva fresca y matizada.

Recordemos que la cantante, lejos de mantenerse al margen del debate, se ha atrevido a experimentar con los sonidos tumbados, incorporándolos a su propio repertorio. Su incursión en este territorio musical, sin embargo, no ha estado exenta de cuestionamientos, especialmente por parte de aquellos que ven en los corridos tumbados una amenaza para los valores sociales.

Ante la lluvia de críticas, Belinda se defiende con argumentos sólidos, destacando la riqueza instrumental de la música regional mexicana y su potencial para transmitir mensajes positivos. "Amo los instrumentos mexicanos", afirma con convicción, reivindicando la belleza de los sonidos tradicionales y su capacidad para trascender las letras controvertidas. "Se pueden usar de manera positiva", insiste, marcando una clara distancia con aquellos artistas que utilizan la música para enaltecer la violencia.

La clave, según Belinda, radica en la responsabilidad del artista al momento de componer. Para ella, la música es un vehículo de expresión que debe usarse con conciencia, evitando caer en la tentación de la apología del delito. "No necesito usar letras que no vayan conmigo", declara, dejando en claro que su compromiso con la música va más allá de las modas pasajeras.

Su declaración no solo es una defensa del género, sino también una reivindicación de la libertad artística. Belinda, fiel a su estilo camaleónico, se niega a ser encasillada en un solo género. "No tener miedo de arriesgarte", aconseja a los jóvenes artistas, invitándolos a explorar nuevos horizontes musicales sin temor al qué dirán. "Evolucionar también es parte del crecimiento", reflexiona, demostrando una madurez artística que va más allá de su juventud.

Y precisamente esa evolución la lleva a colaborar con Xavi, una de las figuras emergentes de los corridos tumbados. A diferencia de otros exponentes del género, Xavi se ha caracterizado por abordar temáticas más universales, como el amor, el desamor, los sueños y las frustraciones de la juventud. Su música, aunque con tintes tumbados, se aleja de la narrativa de la violencia, ofreciendo una alternativa fresca y esperanzadora.

El título de su colaboración con Belinda, "Mírame Feliz", anticipa un mensaje positivo, una oda a la alegría y la superación. ¿Será esta canción el punto de inflexión que necesita el género para desprenderse de la etiqueta de la violencia? ¿Logrará Belinda, con su influencia y carisma, abrir un nuevo camino para los corridos tumbados? El tiempo lo dirá. Lo que sí es seguro es que la música, como la vida misma, está en constante evolución, y Belinda, con su valentía y visión artística, se posiciona a la vanguardia de este cambio.