La consternación y la indignación se apoderan de Huajuapan de León, Oaxaca, tras el brutal asesinato de Hana Ali Rosales, de tan solo 19 años. La joven, quien portaba con orgullo el título de Señorita Simpatía 2024 y formaba parte del Cabildo Juvenil, representando la voz y las esperanzas de la juventud local, fue encontrada sin vida en un domicilio de la colonia San Isidro Poniente. El hallazgo, ocurrido este jueves 24 de abril, ha sacudido a la comunidad y ha encendido las alarmas sobre la persistente violencia de género que azota al país.

El cuerpo de Hana presentaba impactos de bala, una cruel evidencia de la violencia que le arrebató la vida. La Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGE) ha iniciado una carpeta de investigación por feminicidio, buscando esclarecer las circunstancias que rodean este terrible crimen. La noticia, que se esparció rápidamente por redes sociales, ha generado una ola de indignación y dolor. La imagen de Hana, llena de vida y promesa, contrasta dramáticamente con la brutalidad de su final, dejando un vacío imposible de llenar en la comunidad.

Previo al hallazgo de su cuerpo, se reportó el secuestro de la joven, un dato que añade un componente aún más perturbador a este caso. Las autoridades se encuentran trabajando para determinar si existe una conexión entre ambos sucesos y para dar con los responsables de este atroz acto.

Colectivas feministas de la región y de todo el país se han unido al clamor de justicia para Hana. Exigen una investigación exhaustiva y transparente que no deje impune este feminicidio. Se han convocado a movilizaciones y manifestaciones para visibilizar la violencia de género y exigir a las autoridades que se tomen medidas contundentes para proteger la vida de las mujeres.

La pérdida de Hana representa una tragedia para Huajuapan de León. Se trunca la vida de una joven con un futuro prometedor, comprometida con su comunidad y dispuesta a trabajar por un futuro mejor. Su asesinato nos recuerda la urgente necesidad de erradicar la violencia contra las mujeres y de construir una sociedad donde todas puedan vivir libres y seguras.

El caso de Hana Ali Rosales no puede quedar en el olvido. Su nombre debe resonar como un llamado a la acción, un recordatorio de que la lucha contra la violencia de género es una tarea de todos. Es imperativo que las autoridades actúen con diligencia y que la sociedad se una en un frente común para exigir justicia y para construir un futuro donde la vida de las mujeres sea valorada y protegida. La memoria de Hana debe ser un motor para el cambio, un impulso para la creación de un México más justo y seguro para todas. No podemos permitir que su muerte sea una estadística más. Debemos honrar su vida luchando por un mundo donde ninguna mujer tenga que temer por su seguridad.