
25 de abril de 2025 a las 09:20
Morena dividida: ¿Guerra en Chihuahua?
La lucha por el poder en Chihuahua se anticipa feroz. Dos años antes de las elecciones para la gubernatura en 2027, Morena, el partido en el poder a nivel federal, se encuentra inmerso en una batalla interna que amenaza con desgarrarlo desde adentro. La ambición desmedida y el ansia de control han desatado una guerra sin cuartel entre sus principales aspirantes.
Desde el norte del estado, la senadora Andrea Chávez ha lanzado su candidatura de manera audaz, aunque no exenta de polémica. Su reciente iniciativa de brindar servicios médicos en camionetas con su imagen, si bien aparentemente buscaba atender la precaria situación de la salud pública, fue interpretada como un acto de autopromoción política disfrazado de altruismo. La justificación de Chávez, atribuyendo el supuesto bloqueo de la iniciativa a la oposición, no ha convencido a muchos, quienes ven en su estrategia un uso cuestionable de recursos públicos.
En el otro extremo del ring político se encuentra Cruz Pérez Cuéllar, alcalde de Ciudad Juárez y un político con una trayectoria más extensa y compleja. Con un pasado en el PAN y Movimiento Ciudadano, Pérez Cuéllar no es un improvisado. Su experiencia como rival de Javier Corral en las elecciones de 2016 le ha proporcionado un bagaje político invaluable, que ahora presume en forma de estructura, territorio y contactos. La rivalidad entre Chávez y Pérez Cuéllar es palpable, una tensión latente que se respira en el aire político chihuahuense. Ambos se conocen, se miden y, sobre todo, no se quieren.
Lo más sorprendente, quizás, es la pasividad de la dirigencia estatal de Morena, encabezada por Brighite Granados, ante este enfrentamiento interno. Su ausencia, su falta de intervención para mediar o poner orden, ha permitido que las ambiciones personales se desborden sin control. Ni una amonestación, ni una llamada al orden. Un silencio que alimenta la especulación y la incertidumbre.
Mientras tanto, desde las sombras, Javier Corral observa el desarrollo de esta lucha fratricida. A pesar de carecer de un grupo político sólido, su profundo conocimiento del panismo local, el partido que actualmente gobierna el estado con Maru Campos, le otorga una posición privilegiada. Corral podría convertirse en un factor clave en la ecuación política chihuahuense, aunque su pasado y sus antiguas alianzas lo conviertan en una figura controvertida, vista por muchos como un traidor. Su figura evoca la de los Yunes en Veracruz, personajes que despiertan tanto admiración como recelo.
Pero la historia no termina aquí. En los círculos morenistas se rumorea la existencia de una tercera aspirante a la gubernatura, una figura que se mantiene en reserva, esperando el momento oportuno para entrar en escena. Su identidad es un misterio, pero su presencia añade un nuevo elemento de intriga a la ya compleja situación política de Chihuahua.
La moneda está en el aire. La falta de disciplina, de orden y de un liderazgo firme en Morena Chihuahua crea un escenario propicio para la implosión. Las ambiciones desmedidas de sus protagonistas amenazan con fragmentar al partido y allanar el camino para que la oposición, en este caso el PAN, consolide su poder. En los próximos dos años, la lucha interna en Morena se intensificará, y la estructura panista tendrá la oportunidad de fortalecerse y retener la gubernatura. El futuro político de Chihuahua se escribe en medio de la incertidumbre y la pugna por el poder.
Y mientras la atención se centra en Chihuahua, en Torreón, Coahuila, la situación también se torna compleja. La percepción de seguridad se ha desplomado un 30%, no necesariamente por un aumento en la delincuencia, sino por la incapacidad del Ayuntamiento para gestionar la crisis. Un feminicidio durante un intento de robo, un desalojo con consecuencias fatales y una pelea en un bar protagonizada por el secretario del Ayuntamiento, José Elías Ganem, han minado la confianza ciudadana. El alcalde Román Alberto Cepeda se percibe como ausente, y su gabinete, desbordado por la situación. La seguridad institucional se desvanece entre escándalos e indiferencia.
Fuente: El Heraldo de México