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25 de abril de 2025 a las 16:10
El Fan Art de Megara que te hará suspirar
Megara, la damisela… ¿en apuros? No precisamente. En la versión Disney de 1997 del mito de Hércules, nos encontramos con una Meg que rompe el molde de las princesas clásicas. Olvídense de las damiselas indefensas esperando un rescate, Megara es sarcasmo, inteligencia y una buena dosis de realismo en un mundo de dioses y monstruos. Su cautiverio bajo las garras de Hades no la define, sino que la impulsa a navegar las turbulentas aguas del inframundo con una astuta combinación de ingenio y pragmatismo.
Es cierto que la historia de Meg está entrelazada con la del semidiós Hércules, pero su rol va mucho más allá del simple interés romántico. Megara es un personaje con sus propios demonios internos, sus propias motivaciones y un pasado que la ha moldeado en la mujer fuerte e independiente que conocemos. Sus diálogos chispeantes, cargados de ironía y un toque de amargura, son un reflejo de su experiencia y la alejan de la ingenuidad que a menudo caracteriza a las heroínas de cuentos de hadas.
La película nos presenta una Megara dividida entre su lealtad (forzada) a Hades y el innegable magnetismo del héroe. Esta lucha interna, lejos de debilitarla, la humaniza. Nos permite conectar con ella a un nivel más profundo, comprender sus decisiones y empatizar con su vulnerabilidad, que se esconde tras una fachada de cinismo cuidadosamente construida.
Recordemos el icónico "No diré que estoy enamorada". Una canción que no solo es un deleite musical, sino también una ventana al alma de Megara. En ella, vemos la lucha entre sus miedos, sus deseos y la posibilidad de un amor que creía imposible. Es una declaración de independencia, una negación inicial de un sentimiento que amenaza con derrumbar las murallas que tanto le ha costado construir.
Pero más allá de su romance con Hércules, lo que realmente destaca de Megara es su capacidad de agencia. Ella toma decisiones, incluso cuando estas son dolorosas o van en contra de sus propios intereses. Se sacrifica por el hombre que ama, demostrando una valentía que no necesita de músculos o poderes divinos.
La recepción positiva de Megara por parte del público y la crítica no es casualidad. Representa un paso adelante en la representación femenina en el cine animado, alejándose de los estereotipos y presentándonos un personaje complejo, imperfecto y, precisamente por eso, fascinante. Megara no es una princesa, es una mujer que se enfrenta a sus circunstancias con ingenio y coraje, y eso es lo que la convierte en un verdadero ícono.
Su impacto en la cultura popular perdura hasta hoy, inspirando cosplays, fanarts y análisis que exploran la riqueza de su personalidad. Megara nos recuerda que la fortaleza no siempre viene en forma de poderes sobrehumanos, sino en la capacidad de afrontar la adversidad con la cabeza en alto y una pizca de sarcasmo. Y, admitámoslo, ¿quién no necesita un poco de sarcasmo en su vida?
Fuente: El Heraldo de México