
25 de abril de 2025 a las 09:50
Domina el celular en la escuela
La irrupción de la tecnología en nuestras vidas ha generado un debate polarizado, donde la modernidad y la deshumanización parecen luchar por el protagonismo. En el ámbito educativo, esta tensión se manifiesta con particular intensidad en el uso de los teléfonos celulares en las escuelas. Si bien representan una herramienta potencialmente poderosa para el aprendizaje, su uso indiscriminado se ha convertido en una preocupación creciente. Las cifras son alarmantes: según un estudio citado en el Diario de los Debates de la Cámara de Diputados, más de la mitad de los teléfonos celulares suenan en clase, y casi la mitad de los estudiantes los utiliza durante el horario escolar. Estos datos no son aislados. La OCDE, en su informe basado en las pruebas PISA 2022, revela que el 65% de los estudiantes se distraen con dispositivos digitales, lo que equivale a la pérdida de tres cuartas partes de un curso escolar. Imaginemos el impacto que esta pérdida de tiempo tiene en la formación de nuestros jóvenes.
Este panorama nos obliga a reflexionar sobre el papel de la tecnología en la educación. ¿Cómo podemos aprovechar su potencial sin sucumbir a sus distracciones? La clave reside en la regulación y en la promoción de un uso responsable. El uso inadecuado de los celulares en las aulas genera una serie de problemas que afectan directamente el proceso de aprendizaje. Desde la interrupción constante de las clases por el sonido de notificaciones hasta la tentación de navegar por redes sociales o jugar videojuegos, los celulares se convierten en un obstáculo para la concentración y la adquisición de conocimientos. Además, fomentan la desconexión con el entorno real, limitando la interacción social entre los estudiantes y creando una barrera invisible entre ellos y sus maestros.
La proliferación de ciberacoso y la exposición a contenidos inapropiados son otros riesgos asociados al uso indiscriminado de celulares en las escuelas. La falta de supervisión y la facilidad para acceder a información no verificada pueden tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y psicológico de los estudiantes. Por ello, es crucial establecer límites claros y promover una cultura de uso responsable de la tecnología.
Ante esta realidad, se ha presentado una iniciativa para reformar la Ley General de Educación, con el objetivo de garantizar que el uso de celulares y dispositivos electrónicos en escuelas de nivel preescolar, primaria y secundaria se limite a fines pedagógicos. Esta propuesta busca transformar la tecnología en una aliada del aprendizaje, aprovechando su potencial para la investigación, la comunicación y la creación de contenidos educativos. Ejemplos de países con legislación vigente demuestran que es posible regular el uso de celulares en las escuelas sin privar a los estudiantes de los beneficios de la tecnología.
La participación de la comunidad educativa es fundamental para el éxito de esta iniciativa. Padres, docentes, estudiantes y autoridades deben trabajar en conjunto para establecer normas claras y promover un uso responsable de la tecnología en las aulas. Se trata de educar a los jóvenes en el uso consciente y crítico de las herramientas digitales, formando ciudadanos responsables y preparados para los retos del siglo XXI. Los Parlamentos Abiertos que se organizarán en la Cámara de Diputados representan una oportunidad para debatir y construir un futuro educativo donde la tecnología sea una herramienta al servicio del aprendizaje y del desarrollo integral de nuestros hijos. El futuro de México depende de la educación que les brindemos hoy. Hagamos de la tecnología una aliada, no un obstáculo.
Fuente: El Heraldo de México