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25 de abril de 2025 a las 03:10

Descubren fósiles de gigantes prehistóricos en Tamaulipas

La colaboración ciudadana ha vuelto a dar frutos en la preservación de nuestro patrimonio paleontológico. En un emocionante descubrimiento que nos transporta a la era del Pleistoceno, el INAH ha recuperado restos óseos de megafauna en el municipio de Tula, Tamaulipas, gracias a la oportuna denuncia de un ciudadano. Imaginen la escena: un paseo tranquilo cerca de un arroyo, la mirada atenta que detecta algo inusual, una pieza ósea incrustada en la pared de tierra… Ese simple acto de observación y responsabilidad cívica desencadenó una serie de eventos que culminaron con el rescate de valiosos vestigios de un pasado remoto.

El 17 de abril de 2025, el Centro INAH Tamaulipas recibió la notificación y de inmediato movilizó a un equipo de expertos. La directora estatal del instituto, Tonantzin Silva Cárdenas, junto al biólogo Ángel Banda Ortiz y los arqueólogos Esteban Ávalos Beltrán y Hugo Fernández Ramírez, se dirigieron al lugar para iniciar la investigación. La pieza que había llamado la atención del ciudadano resultó ser un coxal de proboscidio, un orden de mamíferos que incluye a los imponentes mamuts y a los elefantes actuales. ¿Se imaginan la magnitud de estas criaturas paseando por las tierras tamaulipecas hace miles de años?

Pero el hallazgo no terminó ahí. La naturaleza aluvial del terreno, rica en sedimentos como arenas, gravas y limos, sugería la posibilidad de encontrar más restos. Y así fue. La exploración se extendió, revelando la mandíbula con dientes de un camélido y el molar superior de un équido. Estos descubrimientos nos permiten reconstruir un panorama fascinante de la fauna que habitaba la región durante el Pleistoceno tardío, hace más de 10,000 años. ¿Qué otras criaturas compartían este ecosistema? ¿Cómo era el paisaje en aquellos tiempos remotos?

El biólogo Ángel Banda Ortiz ha señalado que se requieren análisis más profundos para determinar si el coxal pertenece a un mastodonte o a un mamut. Este detalle, aunque parezca pequeño, es crucial para comprender la diversidad y evolución de la megafauna en la región. Cada hueso, cada diente, cada fragmento recuperado es una pieza de un rompecabezas que nos ayuda a reconstruir la historia de nuestro planeta.

La labor de los expertos del INAH, apoyados por la policía municipal de Tula, se extendió hasta el 18 de abril. Los restos óseos fueron cuidadosamente trasladados a la sección de Arqueología del Centro INAH Tamaulipas, en Ciudad Victoria. Allí, un minucioso proceso de limpieza y restauración permitirá determinar con mayor precisión sus dimensiones, temporalidad y posible asociación con otros hallazgos previos en la región.

Este caso es un ejemplo de la importancia de la colaboración entre la ciudadanía, las autoridades locales y el INAH. La arqueóloga Tonantzin Silva Cárdenas ha destacado el éxito de esta sinergia y ha hecho un llamado a la población para que notifique al instituto cualquier hallazgo de tipo arqueológico o paleontológico. La preservación de nuestro patrimonio es una tarea conjunta, una responsabilidad que compartimos todos. Cada descubrimiento nos acerca un poco más a la comprensión de nuestro pasado y nos permite valorar la riqueza de nuestro legado histórico y natural. ¿Quién sabe qué otros tesoros se esconden bajo la tierra, esperando ser descubiertos por una mirada atenta y una conciencia responsable?

Fuente: El Heraldo de México