
25 de abril de 2025 a las 19:15
Combatamos la Malaria: ¿Sabías esto?
El zumbido silencioso de un mosquito puede ser portador de una amenaza invisible, una enfermedad que ha acechado a la humanidad durante siglos: el paludismo. Aunque a menudo relegada a un segundo plano en las conversaciones sobre salud global, esta enfermedad, también conocida como malaria, sigue siendo una realidad devastadora, especialmente para las poblaciones más vulnerables. El 25 de abril, Día Mundial del Paludismo, nos recuerda la importancia de no bajar la guardia y de continuar la lucha contra este antiguo enemigo.
A pesar de los avances científicos y las campañas de erradicación, el paludismo persiste, cobrándose cientos de miles de vidas cada año, principalmente niños menores de cinco años en el África subsahariana. La imagen de un niño africano sucumbiendo a esta enfermedad preventable es un recordatorio desgarrador de la desigualdad en el acceso a la salud y la necesidad de una acción global más contundente. Si bien es cierto que las cifras han disminuido en comparación con años anteriores, cualquier número mayor a cero es inaceptable. Imaginen, por un momento, la angustia de las familias que pierden a sus pequeños por una enfermedad que, en muchos casos, podría haberse prevenido o tratado a tiempo.
El paludismo, transmitido por la picadura de mosquitos Anopheles infectados, no distingue entre ricos y pobres, pero sí se ceba con aquellos que viven en condiciones de pobreza, sin acceso a mosquiteros tratados con insecticida, a atención médica oportuna o a información vital sobre la prevención. La ironía es que, a pesar de su letalidad, el paludismo es una enfermedad curable y prevenible. Existen tratamientos efectivos, y medidas sencillas como el uso de mosquiteros, la fumigación de interiores y la eliminación de criaderos de mosquitos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
La elección del 25 de abril como Día Mundial del Paludismo no es casual. Remonta a la Declaración de Abuja de 2000, en la que los líderes africanos se comprometieron a reducir a la mitad la carga del paludismo para 2010. Aunque no se logró ese objetivo en su totalidad, la fecha se mantuvo como un símbolo de la lucha continua y un recordatorio de la necesidad de redoblar los esfuerzos. La posterior aprobación por parte de la Asamblea Mundial de la Salud en 2007 consolidó la importancia de esta fecha en el calendario global de la salud.
La historia del paludismo está plagada de mitos y malentendidos. Su nombre, derivado del italiano "mal aire", refleja la creencia errónea de que la enfermedad se transmitía por el aire contaminado de los pantanos. Hoy sabemos que la culpable es la picadura de un mosquito, un pequeño insecto que alberga un parásito letal. Desmitificar la enfermedad es crucial para combatirla eficazmente.
La lucha contra el paludismo requiere un enfoque multifacético. Desde la investigación y el desarrollo de nuevas vacunas y tratamientos hasta la implementación de programas de control vectorial y la educación comunitaria, cada pieza del rompecabezas es esencial. La colaboración internacional, el financiamiento sostenido y la voluntad política son fundamentales para lograr un mundo libre de paludismo. Las metas establecidas por la Organización Panamericana de la Salud para 2030, que incluyen la eliminación del paludismo en al menos 35 países, son ambiciosas pero alcanzables si trabajamos juntos. El futuro está en nuestras manos. No permitamos que el zumbido silencioso de un mosquito siga siendo sinónimo de muerte y sufrimiento. Informémonos, actuemos y contribuyamos a un mundo donde el paludismo sea solo un mal recuerdo.
Fuente: El Heraldo de México