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24 de abril de 2025 a las 19:40

Su versión: No soy gringo, lo corrí por…

La indignación que recorrió las redes sociales tras la viralización del video en TikTok, donde un hombre aparentemente estadounidense expulsaba a un trabajador de la construcción de una jardinera en Mazatlán, ha dado un giro inesperado. Lejos de la narrativa inicial, el protagonista del incidente, el licenciado José Ignacio Lizárraga Pérez, ha roto el silencio para ofrecer su versión de los hechos y desmentir las acusaciones que lo pintan como un extranjero prepotente. En una entrevista exclusiva, Lizárraga Pérez, no solo negó su supuesta nacionalidad estadounidense, sino que también reveló un trasfondo de conflictos con la constructora responsable de la obra aledaña a su propiedad.

"No soy gringo, ni quiero serlo", afirmó con vehemencia, explicando que los problemas con la constructora se remontan a dos o tres años atrás. El incidente con el trabajador, según su relato, fue la culminación de una serie de inconvenientes que incluyen daños a su propiedad, como el episodio en que el automóvil de su esposa resultó cubierto de cemento, por el cual, incluso, recibió una indemnización.

La presencia constante de trabajadores de la construcción en su propiedad, específicamente en la jardinera ubicada dentro de los límites de su hogar y oficina, ha sido una fuente continua de molestias. Lizárraga Pérez describió cómo los trabajadores utilizan su jardinera y la entrada de su casa para consumir sus alimentos, e incluso, algunos llegan a dormir en la banqueta, obstruyendo el paso. A esto se suma la acumulación de basura, un problema que, según él, no debería estar enfrentando.

Sobre el video que desató la polémica, Lizárraga Pérez negó rotundamente haber utilizado lenguaje ofensivo contra el trabajador, contrarrestando la versión de Jorge, el empleado retirado de la jardinera. Además, señaló a la usuaria de TikTok, Mayri Franco, de sacar la situación de contexto, creando una narrativa de "un gringo humillando a un mexicano", una imagen que le resulta profundamente ofensiva, proveniente, como él mismo afirma, de una familia de varias generaciones de Mazatlecos.

La viralización del video y la posterior reacción en redes sociales han generado una profunda preocupación en Lizárraga Pérez, quien se describe como un ciudadano pacífico. Las manifestaciones frente a su propiedad, donde incluso le lanzaron huevos y otros objetos, son un claro ejemplo del poder, a veces descontrolado, de las redes sociales y la formación de "fenómenos psicológicos colectivos".

Lejos de buscar un enfrentamiento, Lizárraga Pérez hace un llamado a la conciliación y a la búsqueda de soluciones. Insta a la constructora a proporcionar un espacio adecuado para que sus empleados puedan comer sin afectar a terceros, y a las autoridades municipales a tomar medidas para prevenir futuros daños a su propiedad. Su objetivo, reitera, no es iniciar acciones legales, sino aclarar la verdad y permitir que cada persona forme su propio criterio sobre lo sucedido. Un llamado a la reflexión en tiempos donde la inmediatez de las redes sociales a menudo eclipsa la complejidad de la realidad.

Fuente: El Heraldo de México