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24 de abril de 2025 a las 03:30
Protege tu piel: No uses arena de playa para exfoliar
El sol, la brisa marina, el sonido de las olas… Las vacaciones en la playa son sinónimo de descanso y desconexión para muchos. Una oportunidad para recargar energías y reconectar con la naturaleza. Sin embargo, este paraíso de relajación también puede esconder peligros para nuestra piel si no tomamos las precauciones adecuadas. Más allá del indispensable protector solar, existe un hábito aparentemente inofensivo que puede causar estragos en nuestra dermis: la exfoliación con arena.
Para muchos turistas, frotarse con la arena de la playa se ha convertido en un ritual casi instintivo, una forma "natural" de exfoliar la piel y sentirla más suave. Pero, ¿qué tan cierto es que la arena es un exfoliante beneficioso? El reconocido dermatólogo Javi Derma, a través de un vídeo publicado en sus redes sociales –plataforma donde comparte valiosos consejos de belleza y salud–, desmiente categóricamente esta creencia popular.
Si bien la exfoliación es fundamental para eliminar células muertas y revelar una piel radiante, la arena, lejos de ser una aliada, puede convertirse en una enemiga silenciosa. Su textura, aunque parezca fina a simple vista, está compuesta por partículas irregulares y ásperas que, al frotarse contra la piel, pueden provocar micro-laceraciones. Estas pequeñas heridas, invisibles en muchos casos, abren la puerta a infecciones por bacterias, virus e incluso hongos, poniendo en riesgo la salud de nuestra piel.
“Imaginen que se están frotando con pequeñas piedras”, explica Javi Derma en su video. “Estas micro-heridas son una invitación a todo tipo de infecciones. Por favor, eviten este tipo de prácticas.” El experto hace un llamado a la responsabilidad y a la consulta con profesionales. La salud de nuestra piel no es un juego, y existen productos específicos, diseñados y probados dermatológicamente, para realizar una exfoliación segura y efectiva.
La piel, nuestro escudo protector y el órgano más grande del cuerpo, merece un cuidado especial y una rutina adaptada a sus necesidades. Antes de aventurarse con remedios caseros o prácticas populares, es crucial buscar la orientación de un especialista. Un dermatólogo podrá evaluar el tipo de piel, identificar posibles sensibilidades y recomendar los productos y tratamientos más adecuados para cada persona. No pongamos en riesgo nuestra salud por mitos o modas pasajeras. La belleza real reside en una piel sana y cuidada.
Recordemos que la prevención es la mejor medicina. Disfrutar del sol y la playa es compatible con una piel saludable, siempre y cuando tomemos las precauciones necesarias. El protector solar, la hidratación constante y una exfoliación responsable son pilares fundamentales para mantener nuestra piel protegida y radiante, incluso bajo el intenso sol del verano. Infórmate, consulta con tu dermatólogo y disfruta de unas vacaciones sin preocupaciones. Tu piel te lo agradecerá.
Fuente: El Heraldo de México