Mazatlán brilla como un faro en el Pacífico mexicano, atrayendo a miles de turistas a bordo de imponentes cruceros. La reciente Semana Santa fue testigo de la llegada de más de 15,000 visitantes internacionales, desembarcando de gigantes como el Carnival Panorama, Navigator of the Seas, Discover Princess y Zaandam, transformando el puerto en un crisol de culturas y experiencias. Imaginen el bullicio en los muelles, el murmullo de diferentes idiomas, la emoción de descubrir un nuevo destino. Esta efervescencia turística no es casualidad, sino el resultado de una estrategia enfocada en ofrecer una experiencia completa e inolvidable.

No se trata solo de sol y playa, aunque Mazatlán ofrece algunas de las más hermosas del Pacífico. Hablamos de una ciudad vibrante, con una rica historia que se respira en cada rincón de su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad. Calles empedradas que susurran historias de piratas y comerciantes, fachadas coloridas que reflejan la alegría de su gente, y una gastronomía que deleita los paladares más exigentes.

La derrama económica de 265 millones de pesos, producto de la llegada de más de 170,000 cruceristas en lo que va del año, es un testimonio del impacto positivo que este sector tiene en la economía local. Desde los comerciantes de artesanías que exhiben sus creaciones con orgullo, hasta los restaurantes que ofrecen los sabores auténticos de Sinaloa, todos se benefician de esta ola de turismo. Y no es de extrañar, Mazatlán ofrece una experiencia completa, desde la belleza natural de su extenso malecón, ideal para un paseo al atardecer, hasta la vibrante vida nocturna de la Zona Dorada.

La confianza de las compañías navieras en Mazatlán es palpable. Con nueve cruceros que arribaron en abril, trayendo consigo a 33,000 pasajeros y 11,000 tripulantes, y tres más confirmados para la semana siguiente, el puerto se consolida como un destino predilecto. Este éxito no es fruto de la casualidad, sino del trabajo constante por ofrecer servicios de calidad y una amplia gama de atractivos. Desde subir al emblemático faro, que ofrece vistas panorámicas de la ciudad y el océano, hasta explorar los miradores que revelan la belleza natural de la bahía, Mazatlán tiene algo para todos.

Y qué decir de sus espectaculares atardeceres, un espectáculo natural que pinta el cielo con tonos dorados y rojizos, creando un escenario mágico que queda grabado en la memoria de quienes lo presencian. Mazatlán es mucho más que un destino de playa, es una experiencia sensorial que enamora a sus visitantes. Con una cifra total de 607,000 visitantes durante Semana Santa, y una derrama económica de 1,800 millones de pesos, la Perla del Pacífico se posiciona como un referente turístico a nivel nacional. Y la fiesta continúa, con la llegada constante de turistas nacionales e internacionales que buscan disfrutar de la segunda semana de vacaciones, confirmando a Mazatlán como uno de los destinos predilectos para quienes buscan sol, playa, cultura y una experiencia inolvidable.