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24 de abril de 2025 a las 19:10
Katy Perry ¡Enciende México!
La energía en la Arena Ciudad de México era palpable, casi eléctrica. Desde mucho antes de que Katy Perry hiciera su aparición, la atmósfera vibraba con la anticipación de miles de fanáticos. Un mar de luces de celulares bailaba al ritmo de la música ambiental, creando un espectáculo de luces improvisado que anunciaba la inminente llegada de la estrella. La espera terminó a las 22:00 horas, cuando la icónica artista, la misma que conquistó el Super Bowl 49, emergió de las profundidades del escenario, enfundada en un deslumbrante traje de cyborg que parecía sacado de una película futurista. "Artificial" resonó en el recinto, marcando el inicio de una noche que prometía ser inolvidable, el pistoletazo de salida de su "The Lifetime Tour".
La temática de la noche quedó clara desde el principio: un viaje a través del universo musical de Katy Perry, estructurado como un videojuego con diferentes niveles, cada uno representando una etapa de su carrera. "Chained To The Rhythm", "Teary Eyes" y el éxito rotundo "Dark Horse" siguieron en la lista, elevando la temperatura del ambiente a niveles estratosféricos. La euforia del público era contagiosa, una ola de energía que se expandía por cada rincón de la arena.
El recorrido musical continuó con clásicos como "Woman’s World", "California Gurls" y "Teenage Dream", himnos que resonaron con la fuerza de miles de voces cantando al unísono. La llegada de "Last Friday Night" desató una locura colectiva, un momento especialmente emotivo para el público mexicano. Los gritos de "Katy, hermana, ya eres mexicana" retumbaron en el lugar, a lo que la cantante respondió con una sonrisa pícara y un "puedo ser su tía" que desató carcajadas y aplausos.
La noche avanzaba entre luces, música y una puesta en escena impecable. "I Kissed A Girl", "Nirvana", "Crush" y "Wide Awake" mantuvieron la energía al máximo, demostrando la versatilidad y el poderío vocal de Perry. Uno de los momentos más originales de la noche fue la dinámica "Choose your own adventure", una propuesta interactiva donde el público podía elegir la siguiente canción a través de un código QR. Lamentablemente, las fallas en la señal impidieron que la mayoría participara, un pequeño contratiempo que no empañó la magia del concierto.
El clímax de la noche llegó con la interpretación de "Roar", "Daisies", "Lifetimes" y "Firework", una explosión final de energía y emoción que dejó al público sin aliento. Los gritos histéricos, las luces de los celulares y la euforia desatada crearon una atmósfera indescriptible, un momento de comunión entre la artista y sus fans.
Mención aparte merece el público mexicano, que no solo llenó la Arena Ciudad de México, sino que también brilló con luz propia. La diversidad de vestuarios y cosplays era impresionante, un derroche de creatividad y color que transformaba el recinto en un carnaval. Desde trajes típicos hawaianos hasta disfraces de tiburones, hongos y mariposas, la imaginación no tenía límites.
A diferencia de otros artistas internacionales, Katy Perry demostró su compromiso con sus fans mexicanos al traer toda su producción al país. Luces, arneses, pantallas gigantes, bailarines y una escenografía impactante, todo estaba presente, confirmando que se puede ofrecer un espectáculo de primer nivel sin salir de México.
Katy Perry lo dio todo en el escenario: bailó, cantó, tocó la guitarra, lució múltiples cambios de vestuario e incluso se colgó de cabeza a una altura vertiginosa. No había un solo momento de respiro, un constante despliegue de talento y energía que mantuvo al público cautivado de principio a fin. Fue una noche mágica, una experiencia inolvidable que marcó el inicio de un tour que promete hacer historia.
Fuente: El Heraldo de México