La tragedia ha golpeado de nuevo al corazón de las familias buscadoras en Jalisco. La madrugada del jueves 24 de abril, la incansable lucha de María del Carmen Morales por encontrar a su hijo desaparecido, Ernesto Julián Ramírez Morales, fue silenciada brutalmente. No solo le arrebataron la vida a ella, sino también a su hijo Jaime Daniel Ramírez Morales, en un acto de violencia que ha conmocionado al país y ha dejado al colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco sumido en un profundo dolor.

Este doble homicidio, perpetrado en el Fraccionamiento La Villa del municipio de Tlajomulco de Zúñiga, no es un caso aislado. Es un reflejo de la vulnerabilidad que enfrentan quienes se atreven a desafiar la impunidad y a buscar la verdad en un contexto marcado por la violencia y la desaparición forzada. María del Carmen, como tantas otras madres buscadoras, se convirtió en una guerrera, en una voz que clamaba justicia en un desierto de indiferencia. Su búsqueda incansable, que comenzó tras la desaparición de Ernesto Julián el 24 de febrero de 2024, la convirtió en un símbolo de la resistencia y la esperanza para otras familias que comparten su dolor.

Ahora, esa voz ha sido apagada. Pero su eco resuena en las exigencias de justicia que el colectivo Guerreros Buscadores ha dirigido a la Fiscalía General del Estado de Jalisco y a las autoridades competentes. No se trata solo de encontrar a los responsables de este atroz crimen, sino de implementar medidas que protejan a quienes buscan a sus seres queridos, que garanticen que la búsqueda de la verdad no se convierta en una sentencia de muerte.

La carta enviada por el colectivo no solo es un grito de dolor, es un llamado a la acción. Exigen una investigación inmediata y exhaustiva, que no deje piedra sin remover, que no se limite a la captura de los autores materiales, sino que llegue a las raíces de la impunidad que permite que estos crímenes se cometan una y otra vez. Exigen protección para las familias buscadoras, para que puedan continuar su labor sin temor a represalias, para que la búsqueda de la verdad no se convierta en un camino sembrado de peligros.

La petición del colectivo a la presidenta Claudia Sheinbaum añade una dimensión nacional a la tragedia. Es un llamado a la más alta autoridad del país para que intervenga y exija al estado de Jalisco acciones concretas que prevengan la violencia y garanticen la justicia para las víctimas y sus familias. Es una súplica para que la búsqueda de la verdad y la justicia no sea una lucha solitaria, sino un compromiso de todo el país.

La muerte de María del Carmen y Jaime Daniel no puede quedar impune. Su memoria debe ser honrada con justicia, con acciones que protejan a las familias buscadoras y que erradiquen la violencia que ha desgarrado a tantas comunidades. Es el momento de que las autoridades escuchen el clamor de justicia y actúen con firmeza para que la búsqueda de la verdad no sea un camino sin retorno. Es el momento de construir un país donde la vida y la dignidad sean respetadas, donde la búsqueda de los desaparecidos no se pague con la vida. Es el momento de que la justicia ilumine la oscuridad y traiga consuelo a las familias que siguen buscando a sus seres queridos.