
24 de abril de 2025 a las 12:20
Fresnillo: La amenaza persiste
La sombra de la inseguridad continúa extendiéndose sobre Fresnillo, Zacatecas, como una densa niebla que se niega a disiparse. Por segundo trimestre consecutivo, esta ciudad, bastión político del gobernador David Monreal Ávila, se encuentra atrapada en los primeros lugares del deshonroso ranking de percepción de inseguridad a nivel nacional. El último informe de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondiente al primer trimestre de 2025, elaborado por el Inegi, pinta un panorama desolador: el 89.5% de los fresnillenses mayores de 18 años confiesa sentir miedo, incertidumbre y desconfianza en su propia ciudad. Un dato que golpea con la fuerza de un mazo y que nos obliga a preguntarnos, ¿qué está fallando?
Fresnillo se ubica en el tercer puesto de esta amarga lista, pisándole los talones a Villahermosa y Culiacán, que encabezan la tabla con un 90.6% y 89.7% respectivamente. La diferencia es mínima, casi imperceptible, pero el peso de la realidad es abrumador. Imaginen por un instante vivir con la constante zozobra de ser víctima de la delincuencia, la angustia de caminar por las calles con la mirada fija en la espalda, la impotencia de ver cómo la tranquilidad se desvanece en cada esquina. Esa es la realidad que viven miles de fresnillenses, una realidad que contrasta drásticamente con la promesa de seguridad y bienestar.
La brecha entre la percepción ciudadana y las cifras oficiales es un abismo. Mientras el 89.5% de los habitantes de Fresnillo se siente inseguro, el promedio nacional se sitúa en un 61.9%. Una diferencia abismal que nos obliga a cuestionar la eficacia de las estrategias implementadas para combatir la delincuencia. No se trata solo de números fríos, se trata de vidas, de familias, de un tejido social que se desgarra con cada acto violento.
La capital del estado y el municipio de Guadalupe tampoco escapan a esta realidad. Ambas localidades se ubican por encima de la media nacional, con un 81%, lo que evidencia que la inseguridad no es un problema exclusivo de Fresnillo, sino un mal que aqueja a todo el estado de Zacatecas. La tendencia, además, es preocupante. Entre septiembre y diciembre de 2024, tanto Zacatecas como Fresnillo experimentaron un repunte en la sensación de peligro, con un 2.2% y un 3% respectivamente. Unas cifras que contradicen las declaraciones del secretario de Seguridad Pública, Rodrigo Reyes Mugüerza, quien aseguraba una disminución del 85% en los homicidios.
¿A quién creerle? ¿A las estadísticas oficiales o a la palpable sensación de miedo que se respira en las calles? La respuesta, lamentablemente, se encuentra en la cruda realidad. El reciente asesinato de un motociclista a plena luz del día, a pocos pasos del despacho del gobernador Monreal Ávila y a espaldas de la Catedral zacatecana, es una muestra irrefutable de la violencia que azota a la ciudad. Un acto que no solo conmocionó a la sociedad, sino que también puso en evidencia la fragilidad del sistema de seguridad.
Los testigos relatan que el agresor huyó a bordo de un taxi, y a pesar del operativo desplegado, no se logró su captura. Una historia que se repite con demasiada frecuencia, dejando un sabor amargo de impunidad y desprotección. Fresnillo necesita soluciones urgentes, estrategias integrales que aborden el problema desde la raíz, que no se limiten a discursos vacíos y cifras maquilladas. La seguridad no es un privilegio, es un derecho fundamental que debe ser garantizado a todos los ciudadanos. Es hora de actuar, de dejar atrás la retórica y construir un Fresnillo seguro, donde la paz y la tranquilidad dejen de ser una utopía.
Fuente: El Heraldo de México