La indignación recorre las redes sociales tras conocerse un incidente ocurrido en una barbería de Luisiana, Estados Unidos, donde una estilista agredió a una clienta embarazada y a su hija menor de edad tras una disputa por una multa por retraso. El caso, que ha generado una oleada de críticas y comentarios, pone sobre la mesa la importancia del respeto al cliente y la necesidad de protocolos adecuados para la resolución de conflictos en establecimientos comerciales.

Los hechos, según la denuncia pública realizada por Conchota Singleton, abuela de la menor afectada, tuvieron lugar el martes 15 de abril en una sucursal de Draft Picks Barbershop en Baton Rouge. La cita para el peinado de la niña de 11 años había sido reprogramada del lunes al martes sin explicación previa por parte de la estilista, e incluso, Singleton afirma que su hija, quien se encuentra en su sexto mes de embarazo, tuvo que pagar el servicio por adelantado.

A pesar de llegar con un ligero retraso de menos de 10 minutos, dentro del tiempo de gracia establecido, la familia fue atendida. La estilista realizó el trenzado del cabello de la menor sin aparente problema. Sin embargo, al finalizar el servicio, la estilista exigió el pago de una multa de 25 dólares por la tardanza. La madre de la niña, considerando injusta la penalización dado el corto tiempo de retraso, se negó a pagar.

Fue entonces cuando la situación se tornó violenta. La estilista, en un acto de aparente represalia, tomó unas tijeras e intentó cortar el cabello ya trenzado de la niña. La madre, intentando proteger a su hija, intervino, lo que desencadenó una confrontación física. En el forcejeo, la mujer embarazada sufrió cortes en su mano derecha.

La escena, que incluyó empujones y gritos, fue presenciada por otros empleados y clientes del establecimiento, quienes finalmente intervinieron para separar a las partes involucradas. La madre y su hija abandonaron el lugar conmocionadas. La abuela de la niña, Conchota Singleton, denunció que la menor sufrió un fuerte impacto emocional tras el incidente.

La familia intentó presentar una denuncia ante las autoridades, pero, según Singleton, la denuncia no procedió al no considerarse que la estilista tuviera la intención de agredir a sus clientas. Este hecho ha avivado aún más la indignación en redes sociales, donde numerosos usuarios cuestionan la actuación de las autoridades y exigen justicia para las víctimas.

Por su parte, Draft Picks Barbershop emitió un comunicado informando el despido de la estilista involucrada. La cadena de barberías se deslindó del comportamiento de su exempleada y reiteró su compromiso con el bienestar de sus clientes. Sin embargo, este comunicado no ha logrado apaciguar la polémica generada en redes sociales, donde muchos usuarios exigen una disculpa pública y medidas más contundentes por parte de la empresa.

Este incidente pone de manifiesto la necesidad de una mejor capacitación del personal en atención al cliente y resolución de conflictos, especialmente en sectores que involucran el contacto directo con el público. Asimismo, abre el debate sobre la protección de los derechos del consumidor y la importancia de que las empresas asuman la responsabilidad por las acciones de sus empleados. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué medidas se tomarán para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro?