24 de abril de 2025 a las 04:55
Descubre el origen del Día del Niño en México
La celebración del Día del Niño y de la Niña, una tradición llena de alegría y color, se ha arraigado profundamente en la cultura mexicana. Más allá de los regalos y las fiestas, esta fecha representa un recordatorio fundamental de la importancia de proteger y garantizar los derechos de nuestros pequeños. El 30 de abril, las calles se llenan de risas, juegos y un ambiente festivo que contagia a todos. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo surgió esta hermosa tradición en nuestro país? La historia es fascinante y nos remonta a momentos cruciales en la lucha por los derechos de la infancia a nivel mundial.
Aunque la ONU estableció el Día Universal del Niño el 20 de noviembre, México decidió trazar su propio camino, optando por el 30 de abril. Esta decisión no fue arbitraria, sino que se basó en una serie de acontecimientos históricos que reflejan el compromiso de nuestra nación con la protección de la niñez. Desde el reconocimiento en Tantoyuca, Veracruz, en 1916, hasta la oficialización por el presidente Álvaro Obregón en 1924, la historia del Día del Niño en México es un testimonio de la evolución de la conciencia social en torno a la infancia.
Es importante destacar que esta celebración no se limita a un solo día. La protección de los derechos de niñas, niños y adolescentes es una tarea continua que requiere el compromiso de todos. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, son los pilares fundamentales que sustentan este compromiso. Estos documentos establecen un marco legal sólido que busca garantizar el bienestar integral de la infancia, desde el derecho a la educación y la salud, hasta el derecho a la protección contra la violencia y la discriminación.
Los 20 derechos fundamentales consagrados en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes representan un avance significativo en la protección de la infancia en México. Estos derechos no son simples enunciados, sino herramientas que empoderan a los niños y niñas, y les permiten exigir el cumplimiento de sus necesidades y el respeto a su dignidad. Es crucial que tanto las autoridades como la sociedad en su conjunto asumamos la responsabilidad de garantizar que estos derechos se traduzcan en realidades tangibles para cada niño y niña en nuestro país.
La celebración del 30 de abril nos invita a reflexionar sobre los avances logrados y los desafíos que aún persisten en la protección de la infancia. Es un llamado a la acción para construir un México donde todos los niños y niñas puedan crecer en un ambiente de igualdad, seguridad y oportunidades. Más allá de las fiestas y los regalos, el verdadero significado del Día del Niño y de la Niña reside en el compromiso de construir un futuro mejor para las generaciones venideras. Un futuro donde los derechos de la infancia sean no solo reconocidos, sino plenamente garantizados y respetados.
Debemos recordar que la infancia es una etapa fundamental en la vida de todo ser humano, y que las experiencias vividas durante esta etapa influyen de manera determinante en el desarrollo integral de la persona. Por ello, invertir en la infancia es invertir en el futuro de nuestro país. La educación, la salud, la protección y el acceso a oportunidades son pilares fundamentales para garantizar que nuestros niños y niñas alcancen su máximo potencial y se conviertan en ciudadanos responsables y comprometidos con la construcción de un México más justo y próspero. El Día del Niño y de la Niña es una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la infancia y trabajar juntos para construir un futuro donde todos los niños y niñas puedan disfrutar plenamente de sus derechos y alcanzar sus sueños.
Fuente: El Heraldo de México