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24 de abril de 2025 a las 22:50

China desafía a Trump: ¿Guerra comercial sin fin?

La incertidumbre se cierne sobre el panorama comercial global. Mientras el presidente Trump insiste en la existencia de conversaciones con China para aliviar la guerra arancelaria, el gigante asiático lo niega rotundamente, calificando las afirmaciones de "infundadas". Esta discrepancia no solo genera confusión, sino que también alimenta la volatilidad en los mercados internacionales, que penden de un hilo ante la posibilidad de un acuerdo o una escalada en el conflicto.

Desde Pekín, la respuesta ha sido tajante y unánime. Tanto el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun, como el portavoz del Ministerio de Comercio, He Yadong, han desmentido categóricamente la existencia de negociaciones. Más allá de la simple negación, China ha reiterado su postura, firme y consistente: la disposición al diálogo existe, pero debe basarse en el respeto mutuo, la igualdad y el beneficio para ambas partes. Un mensaje claro que deja entrever la inquebrantable posición china frente a lo que consideran presiones unilaterales. La insistencia en la abolición de los aranceles impuestos por Estados Unidos se presenta como condición sine qua non para cualquier tipo de acercamiento.

El optimismo expresado por Trump contrasta drásticamente con la realidad presentada por China. El presidente estadounidense ha insistido, en repetidas ocasiones, en la existencia de contactos y reuniones, incluso llegando a afirmar que se habían producido "esta misma mañana". Este tono conciliador, acompañado de la promesa de una posible reducción sustancial de los aranceles, busca proyectar una imagen de progreso y distensión. Sin embargo, la falta de confirmación por parte china arroja sombras de duda sobre la veracidad de estas afirmaciones. ¿Se trata de una estrategia de negociación por parte de Trump, un intento de calmar los mercados o simplemente una interpretación errónea de la situación?

La discrepancia entre las versiones estadounidense y china introduce un elemento de incertidumbre que dificulta el análisis de la situación. Mientras Trump habla de "vivir juntos muy felizmente", China recuerda la necesidad de un diálogo basado en la igualdad. Esta divergencia no solo se manifiesta en el discurso, sino también en las acciones. La imposición de aranceles del 145% por parte de Estados Unidos, la respuesta china con aranceles del 125%, la restricción de las exportaciones de tierras raras por parte de Pekín y las quejas ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) pintan un panorama complejo y tenso, lejos de la armonía que Trump parece sugerir.

Incluso las declaraciones de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, añaden una capa adicional de complejidad. Si bien reconoció en una reunión privada que la guerra comercial es "insostenible" y que los aranceles podrían reducirse, la ausencia de negociaciones formales confirmadas alimenta la confusión y la especulación. ¿Se están llevando a cabo conversaciones informales, exploratorias, a espaldas del público? ¿O se trata simplemente de un deseo de la administración Trump de rebajar la tensión sin ceder en sus demandas?

En este intrincado juego de declaraciones contradictorias, la comunidad internacional se mantiene expectante. La guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo tiene implicaciones globales, y la incertidumbre sobre su futuro genera inquietud en los mercados. Mientras tanto, la discrepancia entre las versiones de Washington y Pekín persiste, dejando abierta la pregunta: ¿diálogo o confrontación? El tiempo lo dirá.

Fuente: El Heraldo de México