El silencio digital retumba más fuerte que cualquier grito. La ausencia de un simple “seguir” en Instagram, ese gesto casi automático en la era de las redes sociales, se ha convertido en la chispa que incendia la pradera de los rumores. Camila Sodi, la talentosa actriz y sobrina de Thalía, ha dejado de seguir a la icónica cantante en la plataforma, un hecho que ha desatado una ola de especulaciones sobre un posible conflicto familiar. ¿Es este un simple desliz digital o la punta del iceberg de una profunda desavenencia?

La repentina acción de Camila ha avivado las brasas de un rumor que ya venía circulando en los corrillos del espectáculo: un supuesto desacuerdo sobre el destino final de las cenizas de Ernestina Sodi, madre de Camila y hermana de Thalía, fallecida en noviembre de 2024. Ernestina, una figura destacada en el mundo literario y periodístico, dejó un vacío inmenso en su familia, un vacío que ahora parece estar llenándose con la discordia.

Según el controvertido periodista Javier Ceriani, Thalía desea trasladar los restos de su hermana a Nueva York, ciudad que la ha acogido durante años. Sin embargo, este deseo aparentemente choca con la voluntad de Camila, quien preferiría mantener las cenizas de su madre en México. Este desencuentro, de ser cierto, añadiría un nuevo capítulo a la compleja historia familiar de las Sodi, marcada por momentos de unión y otros de distanciamiento.

El eco de esta supuesta disputa ha llegado a oídos de Laura Zapata, otra de las hermanas Sodi, conocida por su carácter franco y sus polémicas declaraciones. Con su habitual ironía, Laura ha comentado el rumor, insinuando que la posible pelea entre Thalía y Camila demuestra que ella no es la única fuente de conflicto en la familia. "NPI", ha declarado con una sonrisa enigmática, dejando que cada quien interprete el significado de esas siglas.

Mientras tanto, las protagonistas del supuesto conflicto, Thalía y Camila, permanecen en silencio, alimentando aún más la intriga. Ninguna ha emitido un comunicado oficial, ni ha respondido a las preguntas de la prensa. Este silencio, en la era de la inmediatez y la sobreexposición mediática, resulta aún más llamativo y genera una cascada de interrogantes.

¿Es real la pelea o se trata de una simple malinterpretación? ¿El unfollow en Instagram es una declaración de guerra o un gesto impulsivo sin mayor trascendencia? ¿El dolor por la pérdida de Ernestina ha fracturado definitivamente los lazos familiares?

El tiempo, como siempre, se encargará de desvelar la verdad. Mientras tanto, las redes sociales siguen ardiendo con especulaciones, teorías y conjeturas. El silencio de Thalía y Camila, en contraste con el ruido mediático, se convierte en un misterio que cautiva y desconcierta a partes iguales. La historia de las Sodi, una vez más, se convierte en un culebrón de la vida real, donde la ficción y la realidad se entrelazan de manera inextricable.