La indignación y la angustia se entrelazan en San Pablo Xochimehuacan, Puebla, tras el cobarde atropello que ha dejado a la pequeña María Blanca, de tan solo dos años, luchando por su vida. La noche del jueves, la tranquilidad de la colonia se vio abruptamente interrumpida por el violento rugido de un motor y el posterior silencio del horror. Una familia, que disfrutaba de un paseo vespertino por la calle Francisco Villa, esquina con Avenida 11 de Enero, fue brutalmente embestida por un Volkswagen Pointer color arena, cuyo conductor, en un acto de inhumana indiferencia, optó por la fuga, abandonando a su suerte a las víctimas.

Testigos presenciales, conmocionados aún por la escena, narraron cómo el vehículo, a una velocidad excesiva e imprudente, arrolló a la familia. El impacto, brutal e inesperado, lanzó a los cuerpos por los aires. Videos que circulan en redes sociales, desgarradores testimonios de la tragedia, muestran los instantes posteriores al accidente: el silencio quebrado por los gritos de auxilio, la desesperación de los vecinos que acudieron a socorrer a las víctimas, y la ausencia, la cobarde ausencia del responsable.

María Blanca, la más pequeña e indefensa, sufrió el mayor impacto, presentando múltiples traumatismos que la mantienen en estado crítico en el Hospital General de Cholula. Sus padres, también heridos, se debaten entre el dolor físico y la angustia por la salud de su hija. Una angustia que se ve agravada por la precaria situación del hospital, denunciada por la familia, quien ha hecho un llamado a la solidaridad de la comunidad, solicitando donaciones de insumos médicos para garantizar la atención adecuada de la pequeña.

La indignación de la comunidad se ha traducido en una enérgica demanda de justicia. Familiares de María Blanca, con la voz entrecortada por el dolor y la rabia, exigen la captura inmediata del responsable. "No puede quedar impune este acto de barbarie", claman, mientras cuestionan la tardanza de las autoridades en dar con el paradero del conductor fugitivo.

La Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de Puebla ha iniciado una investigación, difundiendo la descripción del vehículo involucrado y revisando las cámaras de seguridad de la zona. Se ha ofrecido una recompensa por cualquier información que conduzca a la captura del responsable. Sin embargo, para la familia y la comunidad, estas medidas resultan insuficientes. Exigen que el caso sea tratado no como lesiones culposas, sino como tentativa de homicidio, considerando la gravedad de las lesiones y la evidente intencionalidad de la fuga.

Este trágico suceso pone de manifiesto, una vez más, la problemática de la seguridad vial en San Pablo Xochimehuacan. Vecinos denuncian la recurrencia de accidentes en la zona, exigiendo mayor vigilancia y medidas de control de velocidad para prevenir futuras tragedias. La comunidad, unida por el dolor y la indignación, se ha organizado para recolectar fondos y brindar apoyo a la familia de María Blanca, mientras espera que la justicia se imponga y el responsable de este acto cobarde pague por sus acciones. La esperanza, tenue pero persistente, se centra ahora en la recuperación de la pequeña María Blanca, una lucha contra el tiempo y la adversidad que ha conmovido a toda una comunidad.