La repentina partida del Papa Francisco ha generado una ola de conmoción y fervor religioso que se traduce en un éxodo masivo hacia Roma. El impacto en el sector turístico es innegable: los precios de los vuelos entre México y la capital italiana se han disparado, duplicando e incluso triplicando sus costos habituales. Plataformas de reserva como Skyscanner muestran un incremento drástico, pasando de un promedio de 25,000 pesos a más de 60,000 pesos para un boleto de ida y vuelta. Este fenómeno no es exclusivo de los vuelos individuales, sino que también se extiende a los paquetes turísticos. Expedia, por ejemplo, ofrece opciones que combinan vuelo y hospedaje, con precios que oscilan entre los 85,000 y los 100,000 pesos por tan solo dos días. La disparidad en la oferta hotelera es abismal, con opciones de lujo que alcanzan cifras exorbitantes, como el Villa Agrippina Gran Meliá, con un costo diario de 186,755 pesos por persona, contrastando con alternativas más modestas como el Room Mate Gran Filippo, que ofrece alojamiento por 16,270 pesos por persona.

Esta escalada de precios no sorprende considerando la magnitud del evento. No se trata solo de un funeral, sino de la despedida a una figura global que trascendió las barreras religiosas y se convirtió en un símbolo de humildad y compromiso social. La confluencia de peregrinos, líderes mundiales y medios de comunicación de todo el planeta ha generado una demanda sin precedentes en la Ciudad Eterna. A esto se suma la proximidad del Año Jubilar 2025, que ya de por sí había impulsado el turismo religioso en Roma. La combinación de ambos acontecimientos ha creado una tormenta perfecta en el sector turístico, con una ocupación hotelera que roza el límite. Plataformas como Booking.com reportan que más del 90% de los alojamientos en la ciudad ya no tienen disponibilidad para este fin de semana. La escasez de oferta ha propiciado un aumento generalizado en los precios, no solo en los hoteles de lujo, sino también en hostales, pensiones y alojamientos alternativos.

En el resto de Europa, la situación no es muy diferente. Agencias de viaje reportan un incremento significativo en las tarifas, con paquetes que rondan los 600 euros para el fin de semana, incluyendo vuelo y alojamiento. La demanda ha superado con creces las expectativas, y muchos viajeros se han visto obligados a modificar sus planes o posponer su visita a Roma para fechas posteriores. Más allá del impacto económico, el funeral del Papa Francisco representa un momento histórico de gran relevancia. Roma se convierte, una vez más, en el epicentro de la cristiandad, atrayendo a miles de fieles que buscan rendir homenaje al pontífice y participar en este evento de trascendencia global.

La ciudad se prepara para recibir a una multitud sin precedentes, y las autoridades italianas han desplegado un operativo de seguridad de gran envergadura. Más de 2,500 agentes de Protección Civil se encargarán de gestionar la afluencia de peregrinos, estimada en 200,000 personas solo para el funeral. Las medidas de seguridad incluyen controles exhaustivos en los accesos a la ciudad, revisiones de mochilas y el uso de escáneres de rayos X. El objetivo es garantizar la seguridad de todos los asistentes y el desarrollo pacífico de las ceremonias fúnebres. El mundo entero tiene la mirada puesta en Roma, en un momento de profunda reflexión y recogimiento. El legado del Papa Francisco, su mensaje de paz y su compromiso con los más vulnerables resonarán en la memoria colectiva, marcando un hito en la historia de la Iglesia Católica.