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23 de abril de 2025 a las 04:30

UE y China: ¿Fin de la guerra comercial?

Un posible respiro en la guerra comercial entre Estados Unidos y China parece asomarse en el horizonte. Las declaraciones del presidente Trump sobre una "sustancial" reducción de los aranceles a productos chinos, actualmente en un 145%, han inyectado una dosis de optimismo en los mercados globales, aunque la incertidumbre persiste. Recordemos que esta noticia llega tras las palabras del secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien calificó la guerra comercial como "insostenible", anticipando una posible desescalada en las tensiones. Si bien Trump no ha especificado la magnitud de la reducción, el simple hecho de reconocer la necesidad de un cambio de rumbo es un paso significativo. ¿Será este el inicio del fin de una guerra comercial que ha mantenido en vilo a la economía mundial durante meses?

El análisis de las palabras de Trump es crucial. Si bien ha prometido ser "muy amable" con el presidente Xi Jinping y aspira a una relación armoniosa entre ambas potencias, evita confirmar si comparte la visión de Bessent sobre la insostenibilidad del conflicto. Esta ambigüedad, característica del estilo comunicativo de Trump, deja espacio para la especulación y mantiene la cautela en los mercados. ¿Se trata de una estrategia negociadora o de una genuina intención de distensión? El tiempo lo dirá.

El impacto de los aranceles en la economía global es innegable. El aumento en las tasas de interés de la deuda estadounidense, la volatilidad en los mercados bursátiles y el temor a un crecimiento económico más lento son solo algunas de las consecuencias. La insistencia de Trump en mantener un arancel base del 10% a nivel global, a pesar de instar a otros países a reducir los suyos, añade complejidad al panorama. ¿Cómo conciliar esta aparente contradicción? ¿Busca Trump una ventaja competitiva para Estados Unidos o simplemente una mayor reciprocidad en las relaciones comerciales?

La postura de China ante esta posible distensión es igualmente relevante. La advertencia del Ministerio de Comercio chino contra acuerdos que perjudiquen sus intereses refleja la firmeza de su posición. Pekín no está dispuesto a ceder terreno en negociaciones que comprometan su soberanía económica. Este pulso entre las dos mayores economías del mundo configura un escenario geopolítico complejo, donde cada movimiento tiene repercusiones globales. ¿Podrán ambas potencias encontrar un punto de equilibrio que beneficie a todos?

La presión de Trump sobre la Reserva Federal para reducir las tasas de interés añade otro elemento de incertidumbre. Si bien ha descartado la posibilidad de despedir a Jerome Powell, su insistencia en una política monetaria más expansiva genera tensiones. ¿Está justificada la intervención del presidente en la política monetaria? ¿Podría esta presión comprometer la independencia de la Fed?

Finalmente, las 18 propuestas de acuerdos comerciales recibidas por la Casa Blanca, según la secretaria de prensa Karoline Leavitt, abren un nuevo frente en la estrategia comercial de Estados Unidos. La búsqueda de nuevos socios comerciales podría ser una forma de compensar las tensiones con China y fortalecer la posición negociadora de Washington. ¿Se trata de una estrategia a largo plazo o de una reacción coyuntural a la guerra comercial?

En definitiva, la situación actual presenta un panorama complejo, lleno de interrogantes y con un desenlace aún incierto. La posible reducción de aranceles a China es un rayo de esperanza, pero la cautela sigue siendo la norma. El futuro de la economía global depende, en gran medida, del rumbo que tomen las relaciones entre Estados Unidos y China en los próximos meses. Estaremos atentos a cada movimiento, cada declaración, cada gesto, para comprender el alcance real de esta posible distensión y su impacto en el escenario internacional.

Fuente: El Heraldo de México