
23 de abril de 2025 a las 07:10
Tragedia en el Metro Tasqueña
El corazón de la Ciudad de México latió con angustia la tarde del 22 de abril. La rutina del ir y venir en el Metro se vio interrumpida por un instante que congeló la respiración de decenas de pasajeros en la estación Tasqueña de la Línea 2. Una mujer, de alrededor de 60 años, se lanzó a las vías justo cuando el tren M0584 se aproximaba a la terminal. La imagen, grabada en la memoria de los presentes, aún resuena con la fuerza de un eco: el chirrido de los frenos, los gritos ahogados, la incertidumbre que se apoderó del andén.
La escena, que podría haber culminado en tragedia, se transformó en un testimonio de la rápida reacción del conductor del convoy. Con una precisión milimétrica, logró detener la marcha del tren a escasos centímetros de la mujer, quien yacía inmóvil sobre las vías. En ese instante, cada segundo contaba. La tensión se podía palpar en el aire, cargada de la esperanza de que la vida prevaleciera.
El protocolo de emergencia se activó de inmediato. Personal de seguridad industrial y Protección Civil del Metro, con la eficiencia que otorga la experiencia en situaciones críticas, solicitaron el corte de corriente. Cada movimiento era preciso, cada paso medido, conscientes de la fragilidad de la vida que pendía de un hilo. Con cautela y profesionalismo, descendieron a las vías para auxiliar a la mujer y retirarla de la zona de peligro, protegiéndola de cualquier daño adicional.
Una vez a salvo, la mujer fue trasladada a una clínica cercana. La prioridad era evaluar su estado de salud y brindarle la atención médica necesaria. Las horas posteriores al incidente fueron de angustia e incertidumbre para quienes presenciaron el suceso y para la ciudad entera, que seguía con atención el desarrollo de los acontecimientos.
Finalmente, un suspiro colectivo de alivio recorrió la capital. Los informes médicos, tras un análisis detallado, revelaron que el estado de salud de la mujer era estable. Si bien las razones que la llevaron a tomar tan drástica decisión permanecen en el resguardo de su intimidad, este incidente nos invita a reflexionar sobre la importancia de la salud mental y la necesidad de tender puentes de apoyo para quienes enfrentan momentos de desesperación.
El incidente en la estación Tasqueña nos recuerda la fragilidad de la vida y la importancia de la solidaridad en momentos de crisis. La rápida actuación del conductor, la eficiencia del personal del Metro y la atención médica oportuna se conjugaron para evitar una tragedia. Este suceso nos deja, sin duda, una profunda reflexión sobre la importancia de cuidar de nuestra salud mental y la de quienes nos rodean, así como la necesidad de fortalecer las redes de apoyo para quienes se encuentran en situaciones de vulnerabilidad. La vida, a veces, pende de un hilo, y es nuestra responsabilidad como sociedad tejer una red de seguridad que impida que alguien caiga al vacío. La esperanza, como los frenos del metro esa tarde, puede detener la tragedia y abrir camino a la posibilidad de un nuevo comienzo.
Fuente: El Heraldo de México