Recordar la infancia y la ilusión del 30 de abril nos llena de una nostalgia dulce. Esa emoción de estrenar ropa, llevar juguetes a la escuela y compartir un festín de pizza, refrescos y dulces con amigos era inigualable. Hoy, muchos de nosotros queremos transmitir esa misma alegría a nuestros hijos, sobrinos o a los pequeños que amamos. Y aunque la tecnología parece dominar el panorama de los regalos, existen opciones llenas de cariño que, créanme, serán mucho más valiosas para ellos.

En un mundo donde la comida chatarra se ha limitado en las escuelas, una cubeta llena de golosinas puede ser el regalo perfecto. No se trata solo de dulces, sino de la presentación. Imagina una cubeta, del color favorito del pequeño, rebosante de sus golosinas preferidas, no necesariamente llenas hasta el tope, sino con dulces de buen tamaño y bien envueltos para que luzca abundante. Y el toque mágico: pequeños mensajes de amor, de ánimo, de orgullo, escritos por ti, escondidos entre las golosinas. Envuelve la cubeta en celofán transparente, un moño colorido, y tendrás un regalo que les endulzará el día y el corazón.

¿Qué tal una tarde de "cine en casa"? Nada une más a la familia que una película infantil, acurrucados en el sofá, con palomitas y refrescos. Aprovecha la amplia oferta de películas infantiles en las plataformas de streaming en estas fechas. Crea la atmósfera perfecta: cortinas oscuras, o incluso papel lustre negro en las ventanas, para simular una sala de cine auténtica. Palomitas de diferentes sabores, o mejor aún, maíz palomero para prepararlas en casa y que ese aroma inconfundible llene el ambiente. Completa la experiencia con bebidas refrescantes, bajas en azúcar, y la magia del cine estará en tu hogar.

Despertar la creatividad también es un regalo invaluable. Un set de artista: pliegos de cartulina blanca, pinturas de colores vibrantes, pinceles de diferentes tamaños, incluso una bata de artista, como la que usan los pintores, y una boina para completar el look. Imaginen la ilusión del pequeño al sentirse un verdadero artista. Recorta las cartulinas en cuadros de 20x20 cm, y cuando terminen sus obras maestras, organicen una exposición familiar en la sala o en su habitación. Admira su talento, celebra su creatividad, y verás cómo ese regalo se convierte en un recuerdo preciado.

En un mundo acelerado, donde el tiempo a veces se nos escapa, estos regalos son un recordatorio de que lo más valioso es la conexión, el tiempo compartido, el amor expresado en pequeños detalles. No se trata del precio, sino del cariño que ponemos en cada gesto. Y créeme, ese es el mejor regalo que podemos ofrecerles a nuestros niños.