El hermetismo rodea Palacio Nacional y Bucareli. Un silencio expectante se cierne sobre el futuro político de Rosa Icela Rodríguez y la Secretaría de Gobernación. Los rumores, como susurros en los pasillos del poder, apuntan a San Luis Potosí, tierra natal de la Secretaria, y a una posible candidatura a la gubernatura. De confirmarse esta aspiración, el nombre de César Yáñez, actual subsecretario, resuena con fuerza como el sucesor natural. Un hombre de confianza, forjado a la sombra de AMLO, conoce los entresijos del poder y la lealtad que exige el cargo.

Sin embargo, la silla de la Segob es un codiciado trofeo. Tres figuras, movidas por ambiciones propias, han desplegado sus redes de influencia para hacerse con el control. Desde esa posición privilegiada, con la mira puesta en el 2029, buscan labrarse un camino hacia la sucesión de Sheinbaum. Pero, al menos por ahora, el Palacio Nacional no parece dispuesto a convertir la Secretaría de Gobernación en un trampolín para las "corcholatas". A menos, claro está, que se reactive la hipótesis de impulsar a un descendiente del expresidente López Obrador.

La presidenta y la secretaria Rodríguez parecen haber trazado una ruta estratégica: mantener la estabilidad en Bucareli durante los próximos tres años. Desde ahí, podrían observar con atención los movimientos de los aspirantes a la candidatura morenista, sin descuidar las responsabilidades inherentes al cargo. Una posición que les permitiría influir en el juego político, manteniendo el equilibrio de poder.

Pablo Gómez, al frente de la UIF, el senador Adán Augusto López y hasta el diputado Ricardo Monreal, han dejado entrever su interés por ocupar el lugar de Rodríguez. Sin embargo, ninguna de estas opciones convence a la presidenta, al menos no en este momento. La confianza, un valor preciado en la política, parece ser la clave.

Rocío Nahle, actual gobernadora de Veracruz, se perfila como una alternativa. Su experiencia en el ámbito energético y su cercanía con el proyecto de la 4T la convierten en una candidata potencial. No obstante, su llegada a Bucareli implicaría abandonar la gubernatura veracruzana. Además, Nahle también tendría aspiraciones presidenciales para el 2030, lo que la obligaría a dejar la Segob apenas dos años después de asumir el cargo. Un escenario que genera interrogantes sobre la conveniencia de este movimiento.

El tiempo apremia. Las elecciones para las gubernaturas, incluida la de San Luis Potosí, se celebrarán en 2027. Pronto se develará el misterio. ¿Permanecerá Rosa Icela Rodríguez al frente de la Secretaría de Gobernación o cederá a la tentación de competir por la gubernatura de su estado? De ser así, ¿quién será el elegido para tomar las riendas de una de las carteras más importantes del gobierno? La incertidumbre se mantiene, alimentando las especulaciones y los análisis políticos. El tablero está dispuesto, las piezas se mueven y el futuro del poder se define en cada decisión. Estaremos atentos a los acontecimientos, observando con atención el desarrollo de esta intriga política que mantiene en vilo al país.