
23 de abril de 2025 a las 12:00
Naucalpan, ¿en peligro?
Naucalpan respira. Tras un largo periodo bajo la sombra de la inseguridad, la ciudad emerge con renovada esperanza. Los datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Inegi, correspondientes al primer trimestre de 2025, son un soplo de aire fresco para sus habitantes: Naucalpan ha abandonado el deshonroso top 10 de las ciudades más inseguras del país, descendiendo del segundo al duodécimo puesto. Una caída significativa que refleja el esfuerzo conjunto de autoridades y ciudadanía por recuperar la tranquilidad en las calles.
La percepción de inseguridad, ese fantasma que paraliza y limita la vida cotidiana, se ha reducido notablemente. Del 89.2% registrado en el primer trimestre de 2024, se ha pasado a un 82.4% en el mismo periodo de 2025. Siete puntos porcentuales que marcan una diferencia sustancial, una victoria palpable en la batalla contra la delincuencia. No son simples números, son familias que vuelven a disfrutar de los parques, comercios que extienden sus horarios de atención, vecinos que se saludan sin temor en las calles. Es la vida retomando su curso natural, la confianza floreciendo de nuevo.
Incluso comparando con el último trimestre de 2024, donde la percepción de inseguridad se situaba en un 85.6%, la disminución es evidente: 3.2 puntos porcentuales menos. Esta tendencia a la baja, sostenida en el tiempo, consolida la idea de un cambio real, de una transformación profunda en la dinámica de la ciudad. No se trata de una mejora aislada, sino de un proceso continuo de recuperación del espacio público, de la convivencia pacífica y del derecho a vivir sin miedo.
Pero, ¿qué hay detrás de estos alentadores resultados? Las estrategias implementadas por las autoridades locales, como el refuerzo de la vigilancia policial, la inversión en tecnología de seguridad y la promoción de la cultura de la denuncia, sin duda han jugado un papel fundamental. Sin embargo, es crucial reconocer la participación activa de la comunidad, organizada en comités vecinales, implementando sistemas de alerta temprana y colaborando estrechamente con las fuerzas del orden. Es la suma de voluntades, la unión de esfuerzos, lo que ha permitido alcanzar estos logros.
El camino aún es largo. Si bien Naucalpan celebra este importante avance, no se puede bajar la guardia. La lucha contra la inseguridad es una tarea permanente, que exige constancia, adaptación y la participación de todos. Es necesario seguir fortaleciendo las estrategias de prevención, mejorando la coordinación entre las diferentes instancias de gobierno y, sobre todo, manteniendo viva la llama de la participación ciudadana.
Naucalpan ha dado un paso firme hacia un futuro más seguro. La esperanza se respira en el aire, la confianza se recupera poco a poco. Este es el momento de redoblar esfuerzos, de consolidar los avances y de construir, juntos, la ciudad tranquila y segura que todos merecemos. El reto es grande, pero la voluntad de superarlo es aún mayor.
Fuente: El Heraldo de México