Jorge Alfredo Clemente Pérez, un nombre que resonará en las urnas este 1 de junio, se presenta como candidato a magistrado del Tribunal de Disciplina Judicial. Su número, el 26, en la boleta turquesa, representa la esperanza de una justicia más cercana, más eficiente y, sobre todo, más humana. Con una trayectoria académica impecable, forjada en los prestigiosos claustros de la UNAM, donde obtuvo su licenciatura en Derecho, y la Escuela Diplomática de España, donde cursó su maestría en Relaciones Internacionales, Clemente Pérez no solo posee un profundo conocimiento del marco legal, sino también una visión global de la justicia y sus implicaciones. Su experiencia docente, tanto a nivel licenciatura como maestría, le ha permitido comprender de primera mano las necesidades y los desafíos que enfrenta el sistema judicial en la formación de nuevas generaciones de juristas.

Pero más allá de los títulos y las aulas, la verdadera fuerza de Clemente Pérez reside en su inquebrantable vocación de servicio. Para él, la justicia no es un simple concepto abstracto, sino un propósito de vida, una causa a la que ha dedicado sus esfuerzos y su pasión. Consciente de las deficiencias que aquejan al sistema judicial, propone un cambio radical, un giro hacia la eficiencia, la prontitud y la excelencia. No se trata solo de palabras, sino de acciones concretas: mecanismos de supervisión, inspección y control que erradiquen la corrupción y las irregularidades, un combate frontal contra los abusos de poder y una atención prioritaria a las necesidades de los gobernados.

Clemente Pérez aboga por una justicia en territorio, no en escritorio. Su visión implica un contacto directo con la realidad, visitas de inspección constantes, circuitos de comunicación fluida con los usuarios, una escucha atenta a las demandas de la sociedad. Él cree firmemente que la justicia no puede ser un privilegio de unos pocos, sino un derecho accesible para todos, sin obstáculos legalistas ni tecnicismos que impidan su plena realización. En su opinión, la impartición de justicia es, sencillamente, dar a cada quien lo que le corresponde en derecho, sin dilaciones ni subterfugios.

Para Clemente Pérez, la erradicación de la impunidad es una prioridad absoluta. Ningún delito, especialmente aquellos de alto impacto, debe quedar sin castigo. Es necesario, afirma, acabar con los artificios legaloides que permiten a los culpables evadir las sanciones. En este sentido, la vocación de los jueces por la justicia se convierte en un elemento fundamental. Si bien el Derecho se puede aprender, la humanidad y el sentido de justicia son virtudes inherentes que deben guiar la actuación de quienes imparten justicia. La justicia, concluye, debe ser inmediata, efectiva y siempre al servicio de la verdad y el derecho. El próximo 1 de junio, con su voto, usted tiene la oportunidad de contribuir a la construcción de un sistema judicial más justo y eficiente, votando por Jorge Alfredo Clemente Pérez, número 26 en la boleta turquesa. Su compromiso es con usted, con la justicia y con un futuro mejor para todos.