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24 de abril de 2025 a las 00:01
Gallina destrozada: indignación animalista contra tradición purépecha
La ancestral celebración de Tsinskua, arraigada en la comunidad purépecha de Ichán, Michoacán, se vio empañada este Domingo de Ramos por un acto de crueldad animal que ha generado indignación y controversia. Un video, que rápidamente se viralizó en redes sociales, muestra el momento en que un gallo vivo es lanzado al aire como parte de un "concurso" tradicional. La multitud, enardecida, se abalanzó sobre el animal, jaloneándolo, desplumándolo y finalmente despedazándolo hasta causarle la muerte. Las imágenes, crudas y perturbadoras, han desatado un debate sobre los límites entre la tradición y el maltrato animal.
Las voces de condena no se hicieron esperar. Carlos Maya, miembro de la organización Abogados Animalistas México, calificó el acto como un delito que debe ser castigado conforme a la ley. Recordó el artículo 309 del Código Penal del Estado de Michoacán, que sanciona la crueldad animal con penas de prisión y multas económicas. "No podemos amparar este tipo de actos bajo el argumento de 'usos y costumbres'", sentenció Maya, subrayando que la tradición no puede justificar el sufrimiento innecesario de un ser vivo.
La Fiscalía General del Estado (FGE) ya ha iniciado una carpeta de investigación para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes. Este caso ha puesto en el ojo del huracán la necesidad de un diálogo profundo sobre el respeto a los animales en el contexto de las tradiciones culturales. ¿Cómo conciliar el patrimonio cultural con la protección de los seres vivos? ¿Es posible reinterpretar las costumbres para eliminar prácticas que infligen dolor y sufrimiento?
La controversia generada por el incidente de Ichán trasciende el ámbito local. Abre un debate nacional sobre la importancia de la educación en materia de bienestar animal y la necesidad de fortalecer los mecanismos legales para prevenir y sancionar el maltrato. Expertos en antropología cultural señalan la importancia de comprender el contexto histórico y social de estas tradiciones, pero insisten en que la evolución cultural debe ir de la mano con el respeto a la vida en todas sus formas.
Mientras la investigación sigue su curso, la comunidad de Ichán y el pueblo purépecha en su conjunto enfrentan el desafío de reflexionar sobre sus prácticas ancestrales. ¿Es posible mantener vivas las tradiciones sin recurrir a la crueldad? ¿Cómo honrar el pasado sin comprometer el futuro de la convivencia armónica entre humanos y animales? Estas son las preguntas que resuenan tras la polémica celebración de Tsinskua, un recordatorio de que el respeto a la vida debe ser el pilar fundamental de cualquier cultura.
El incidente también ha despertado la preocupación de organizaciones internacionales dedicadas a la protección animal, quienes han expresado su consternación por lo ocurrido y han ofrecido su apoyo a las autoridades mexicanas en la investigación. Se espera que este caso sirva como precedente para impulsar políticas públicas que promuevan la convivencia pacífica entre humanos y animales, y que garanticen el bienestar de todas las criaturas.
Finalmente, este lamentable suceso nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con los animales. ¿Qué podemos hacer, desde nuestro ámbito individual y colectivo, para construir una sociedad más justa y compasiva con todos los seres vivos? La respuesta, sin duda, se encuentra en la educación, la empatía y el compromiso con un futuro donde la tradición y el respeto a la vida caminen de la mano.
Fuente: El Heraldo de México