La tensión se palpa en el aire tras un aparatoso accidente ocurrido el domingo 20 de abril en el segundo piso del Periférico, a la altura de San Jerónimo. Un choque que, más allá de los daños materiales, ha dejado una estela de acusaciones y temor. Cinco personas, entre ellas tres menores y un adulto mayor, resultaron lesionadas tras ser impactados por una camioneta BMW. La versión de la familia afectada apunta directamente a Willer Ditta, jugador del Cruz Azul, como el responsable del incidente. Según el testimonio anónimo de la madre, Ditta no solo habría provocado el accidente que dejó su vehículo, un Chevy rojo, volcado, sino que también habría descendido del BMW con una actitud agresiva, profiriendo insultos y amenazas, incluso contra su hijo menor de edad. “Te voy a matar”, fueron las escalofriantes palabras que, según la mujer, el futbolista dirigió al pequeño, una amenaza que ha sembrado el pánico en la familia y los ha obligado a mantenerse en el anonimato por temor a represalias.

El relato de la afectada es estremecedor. Describe cómo, en cuestión de segundos, la tranquilidad de un domingo familiar se transformó en una pesadilla. El impacto, la volcadura, el miedo… y luego, la presunta aparición de Ditta, acompañado de otro individuo, también de tez morena, bajando de la lujosa camioneta no para auxiliarlos, sino para increparlos. La acusación de ser “montachoques”, lanzada por uno de los ocupantes del BMW, añade otra capa de complejidad al incidente. ¿Se trató de una maniobra para desviar la atención? ¿Una reacción impulsiva ante la presión del momento? Las interrogantes se acumulan, mientras la familia afectada lucha por recuperarse de las lesiones físicas y del trauma emocional. El adulto mayor presenta daños en la mandíbula, mientras que algunos de los menores sufren fisuras en las costillas. Las secuelas de este accidente, sin duda, trascenderán lo meramente físico.

La situación se agrava aún más por la aparente impunidad que rodea el caso. La familia interpuso una denuncia ante el Ministerio Público, pero aseguran que Ditta nunca se presentó en la instancia. Testigos afirman que una camioneta negra llegó al lugar del accidente para recoger al futbolista y a su acompañante, esfumándose de la escena antes de la llegada de las autoridades. Este detalle, sumado al silencio del club Cruz Azul y la falta de información oficial por parte de las autoridades, alimenta las sospechas y la indignación. Mientras tanto, las imágenes del Chevy rojo destrozado circulan en redes sociales, un testimonio gráfico de la violencia del impacto y del drama vivido por la familia.

La participación de Ditta en el partido Cruz Azul vs. Toluca, un día después del accidente, añade otra arista a este complejo rompecabezas. ¿Cómo es posible que, estando presuntamente involucrado en un incidente de tal magnitud, el jugador pudiera continuar con su rutina profesional con total normalidad? La falta de pronunciamiento por parte del club y del propio jugador, quien mantiene sus redes sociales privadas, solo contribuye a aumentar la incertidumbre y la especulación. La afición espera respuestas, mientras la familia afectada clama por justicia. ¿Se esclarecerán los hechos? ¿Se asumirán las responsabilidades correspondientes? El tiempo, sin duda, dará la última palabra.