La conmoción sacude a Argentina. Un hombre de 56 años, identificado como Freddy, ha confesado el abuso sexual de su nieta de tan solo 7 años. Lo que ha exacerbado la indignación pública es la justificación del agresor: alega que la niña lo "insinuaba", una defensa que ha sido recibida con repudio generalizado. El caso, originado en Lomas de Zamora, Buenos Aires, ha trascendido las fronteras nacionales y se ha convertido en un triste recordatorio de la vulnerabilidad de los menores.

La pesadilla de la pequeña salió a la luz gracias a la valentía de su maestra de segundo grado. La niña, con la inocencia quebrada por el horror vivido, confesó que no quería volver a casa debido a las acciones de su abuelo. La docente, siguiendo el protocolo establecido para estos casos, notificó a la madre y se interpuso una denuncia formal en la Comisaría de la Mujer y Familia de Lomas de Zamora. Los exámenes médicos posteriores confirmaron el abuso, corroborando el desgarrador relato de la menor.

La madre, decidida a obtener justicia para su hija, confrontó a Freddy y grabó la conversación sin su conocimiento. En la grabación, el hombre admite el abuso, aunque intenta minimizarlo negando la violación. Su argumento, basado en las supuestas insinuaciones de una niña de siete años, ha generado una ola de indignación en la sociedad argentina. Freddy alega que “ya no quería jugar”, pero que la niña insistía. Estas palabras, lejos de exculparlo, lo hunden aún más en el abismo de la perversión y la cobardía.

Tras la confrontación, el agresor huyó a la casa de su madre. La policía, alertada de su paradero, intentó aprehenderlo, pero Freddy logró escapar por la parte trasera de la vivienda. Actualmente se encuentra prófugo, aunque las autoridades mantienen una intensa búsqueda y confían en su pronta captura.

Este caso, lamentablemente, podría tener ramificaciones aún más dolorosas. Se ha revelado que Freddy cuidaba a otros niños de la familia, lo que ha despertado la alarma sobre la posibilidad de más víctimas. Las autoridades argentinas están trabajando arduamente para investigar estas sospechas y recopilar pruebas que permitan fortalecer las acusaciones contra el agresor. Se espera que la justicia actúe con celeridad y contundencia para garantizar que Freddy pague por sus actos y que se brinde el apoyo necesario a todas las víctimas. La sociedad argentina, conmocionada e indignada, exige justicia y medidas que protejan a los niños de estos aberrantes crímenes. Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de reforzar la prevención y la educación en materia de abuso infantil, así como de brindar acompañamiento psicológico y legal a las víctimas y sus familias. La lucha contra este flagelo requiere un compromiso conjunto de toda la sociedad.