La justicia, un anhelo constante en la historia de la humanidad, se presenta como el eje central de la candidatura de Miguel Ángel de los Santos Cruz al Tribunal de Disciplina Judicial. Su nombre, asociado al número 28 en la boleta turquesa para la elección del 1 de junio, representa mucho más que una simple opción en la papeleta: simboliza la esperanza de una judicatura renovada, comprometida con la ética, la eficiencia y la protección de los derechos humanos.

De los Santos Cruz no es un recién llegado al complejo mundo de la justicia. Su trayectoria, marcada por la defensa incansable de personas y grupos vulnerables, lo ha consolidado como una voz autorizada en la materia. Los premios y reconocimientos obtenidos a lo largo de su carrera no son simples adornos, sino el reflejo de una dedicación profunda a la causa de la justicia social. Su formación académica, con doctorados en Ciencias Penales y Política Criminal por el prestigioso Instituto Nacional de Ciencias Penales, y en Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Chiapas, junto a maestrías en Derecho Internacional de los Derechos Humanos (Universidad de Notre Dame) y en Ciencias Penales (Instituto “Manuel José de Rojas”), dibujan el perfil de un profesional altamente capacitado, con un conocimiento profundo del sistema jurídico y una visión clara de los desafíos que enfrenta. Su pertenencia al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y al Sistema Estatal de Investigadores (Nivel VI) refuerza aún más su credibilidad y su compromiso con la investigación y la generación de conocimiento en el ámbito jurídico.

En un contexto donde la confianza en las instituciones judiciales se ve a menudo erosionada, la candidatura de De los Santos Cruz se presenta como un soplo de aire fresco. Su propuesta se centra en la construcción de un sistema judicial sensible a las necesidades de la ciudadanía, un sistema que no solo aplique la ley con rigor, sino que también garantice el respeto irrestricto de los derechos humanos. Su visión trasciende la mera aplicación mecánica de las normas y se adentra en el terreno de la justicia social, entendiendo que la función jurisdiccional debe ser un instrumento para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Para De los Santos Cruz, la ciudadanía deposita su confianza en el Poder Judicial con la esperanza de que sus problemas judiciales sean atendidos con independencia, objetividad y respeto a los derechos humanos. Esta confianza, sin embargo, no puede darse por sentada. Debe ser ganada día a día, a través de la actuación honesta e imparcial de los operadores de justicia. La aspiración de De los Santos Cruz es, precisamente, contribuir a la construcción de un Poder Judicial renovado, capaz de responder a las expectativas de la ciudadanía, resolviendo las controversias con honestidad, imparcialidad y sensibilidad ante las injusticias, con la solidez jurídica necesaria para emitir resoluciones en los plazos establecidos.

La elección del 1 de junio representa una oportunidad crucial para fortalecer el Estado de Derecho. El voto por Miguel Ángel de los Santos Cruz, número 28 en la boleta turquesa, es un voto por la justicia, por la defensa de los derechos humanos y por un Poder Judicial comprometido con la construcción de una sociedad más justa y equitativa para todos. Es una apuesta por la experiencia, la formación y la integridad, cualidades esenciales para un magistrado del Tribunal de Disciplina Judicial.