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23 de abril de 2025 a las 04:15

Ciudades Chiapas más seguras

Un soplo de alivio recorre las calles de Tuxtla Gutiérrez y Tapachula. La sombra de la inseguridad, que por tanto tiempo se cernía sobre sus habitantes, parece comenzar a disiparse. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), ambas ciudades chiapanecas han experimentado una disminución significativa en la percepción de inseguridad. Tapachula, que anteriormente ocupaba el deshonroso primer lugar en este índice, ahora se encuentra en el octavo puesto, superada por ciudades como Villahermosa, Culiacán y Fresnillo. Por su parte, la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, ha dado un salto aún más impresionante, pasando del sexto al 33° lugar en la lista de ciudades con mayor percepción de inseguridad, quedando por detrás de ciudades como Manzanillo, Guanajuato, Guadalajara y Acapulco.

Estos resultados, sin duda alentadores, son un reflejo del esfuerzo conjunto entre la ciudadanía y las autoridades. El Gobernador del Estado, Eduardo Ramírez Aguilar, ha señalado que las acciones implementadas en materia de seguridad comienzan a dar sus primeros frutos, y ha destacado que Chiapas ocupa el segundo lugar a nivel nacional en cuanto a la mejora en la percepción de seguridad, según el propio informe del INEGI. Este avance, si bien es un paso en la dirección correcta, no debe ser motivo para bajar la guardia. La lucha contra la inseguridad es una tarea continua y requiere de un compromiso sostenido a largo plazo.

La ENSU también revela que Tapachula y Tuxtla Gutiérrez se encuentran dentro de las 34 áreas urbanas de interés donde se registró un cambio estadísticamente significativo en la percepción de inseguridad. En 14 de estas áreas, al igual que en las ciudades chiapanecas, se observó una disminución. Estos datos nos invitan a reflexionar sobre las estrategias implementadas y a replicar las buenas prácticas en otras regiones del país que enfrentan problemáticas similares. La confianza en las instituciones de seguridad, como la Marina, el Ejército, la Fuerza Aérea Mexicana y la Guardia Nacional, se mantiene alta, según los datos de marzo de 2025. Sin embargo, la percepción de la efectividad de la policía estatal y municipal aún presenta áreas de oportunidad, lo que subraya la necesidad de fortalecer la capacitación y el equipamiento de estas corporaciones.

Más allá de las cifras, es importante recordar que detrás de cada porcentaje se encuentran historias de vida, familias que anhelan vivir en paz y tranquilidad. Chiapas, al igual que muchas otras regiones del país, enfrenta una crisis de seguridad que afecta no solo a la población, sino también a su economía y tejido social. Para combatir este flagelo de manera efectiva, se requiere una estrategia integral que aborde las causas de la violencia desde la raíz.

Fortalecer las instituciones de seguridad y justicia es un pilar fundamental. Esto implica no solo mejorar la capacitación, las condiciones laborales y la supervisión de policías, fiscales y jueces, sino también erradicar la corrupción que tanto daño ha causado a la confianza ciudadana. Invertir en tecnología y equipamiento, como cámaras de vigilancia, drones y sistemas de análisis de datos, también es crucial para mejorar la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad.

La prevención del delito es otra pieza clave en este rompecabezas. Implementar programas sociales que atiendan las causas de la violencia, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades, es esencial para construir un futuro más seguro. Invertir en educación, cultura, deporte y empleo juvenil puede marcar la diferencia a largo plazo, alejando a los jóvenes de la delincuencia y brindándoles un camino hacia un futuro mejor. La participación ciudadana es igualmente importante. Fomentar la denuncia anónima, crear comités vecinales de seguridad y promover la cultura de la legalidad son acciones que fortalecen el vínculo entre la sociedad y el gobierno, creando un frente común contra la delincuencia.

Finalmente, no debemos olvidar a las víctimas de la violencia. Es fundamental brindarles mecanismos de protección, atención psicológica y acceso a la justicia para que puedan reconstruir sus vidas y recuperar la confianza. La seguridad no se mide únicamente en números, sino en la tranquilidad y el bienestar de la población. La disminución de la percepción de inseguridad en Tuxtla Gutiérrez y Tapachula es un paso alentador, pero la tarea aún no está terminada. El compromiso de todos, gobierno y sociedad, es esencial para construir un Chiapas más seguro y próspero para todos.

Fuente: El Heraldo de México