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23 de abril de 2025 a las 09:40

Aprende de tus fracasos

El cáncer de la multipropiedad sigue extendiéndose por el fútbol mexicano, dejando un rastro de destrucción a su paso. El caso del Grupo Orlegi, con Santos Laguna y Atlas como sus principales víctimas, es un ejemplo paradigmático de cómo la ambición desmedida y la mala gestión pueden llevar a la ruina a clubes con historia y potencial.

Hace apenas tres años, Santos Laguna brillaba bajo la dirección de Guillermo Almada, alcanzando incluso una final. Si bien el estilo del uruguayo podía ser cuestionable, los resultados estaban ahí. Sin embargo, la voracidad del Grupo Orlegi, encabezado por Alejandro Irarragorri, truncó ese proceso. La adquisición del Atlas, con la intención de convertirlo en un protagonista, desvió recursos y atención de La Laguna. Jugadores clave del Santos fueron transferidos a Guadalajara, debilitando al equipo lagunero. Si bien el Atlas logró un bicampeonato histórico, este éxito tuvo un costo altísimo para su club hermano.

Santos Laguna, despojado de sus figuras, comenzó una caída libre. Nombres como Diego Valdés, Leo Suárez, Brunetta, Harold Preciado, el "Huevo" Lozano, Matheus Doria, "El Mudo" Aguirre, Carlos Acevedo, Omar Campos y Félix Torres, jugadores que conformaban una plantilla competitiva, fueron reemplazados por futbolistas de menor calibre y costo cero. El cambio constante de entrenadores, como si de una prenda de vestir se tratase, agravó la situación.

Los resultados son devastadores. El torneo anterior, Santos terminó con 10 puntos, la peor marca en su historia hasta ese momento. Pero la pesadilla no terminó ahí. En el Clausura 2025, el equipo tocó fondo con apenas 7 puntos y 14 derrotas en 17 partidos, rozando el pago de la multa por el cociente. La eliminación del descenso, una medida impulsada por la propia Liga MX ante el temor de la multipropiedad, les salvó de un destino aún peor.

Pero el Atlas, a pesar del bicampeonato, tampoco se libró de la quema. La multipropiedad, como un virus, se extendió también a Guadalajara. El equipo rojinegro, tras su breve momento de gloria, regresó a la mediocridad y deberá pagar 33 millones de pesos por su bajo rendimiento. La llegada del Sporting de Gijón a la cartera de Orlegi parece haber desplazado al Atlas en las prioridades del grupo.

Orlegi estuvo a punto de pagar multa con sus dos equipos mexicanos. La pregunta es, ¿cuánto tiempo más podrán sostener esta dinámica? La multipropiedad, como un parásito, se alimenta de los clubes, debilitándolos hasta la extenuación. El futuro de Santos, Atlas y el propio fútbol mexicano está en juego. La historia, lamentablemente, continuará… y el pronóstico no es alentador. El modelo de la multipropiedad ha demostrado ser un fracaso, una enfermedad que corroe las bases del deporte. ¿Hasta cuándo se permitirá que este cáncer siga propagándose?

Fuente: El Heraldo de México