
23 de abril de 2025 a las 12:30
Abraza la ternura: El Papa Francisco te invita
La partida del Papa Francisco nos deja un profundo vacío, pero también una inmensa herencia de amor, esperanza y un llamado a la acción. Su visión, que trascendía las fronteras y las diferencias, nos impulsaba a construir un mundo más justo y fraterno, un mundo donde la ternura, como él mismo la llamaba, fuera la fuerza motriz de una verdadera revolución. Guido Tomás Savall, director general de la Fundación Scholas México, nos recuerda la profunda preocupación del Papa por la construcción de la amistad social, por tejer lazos de armonía y alcanzar el bien común, superando las divisiones que fragmentan nuestras sociedades. Su legado, encarnado en Scholas Occurrentes, es un testimonio vivo de su compromiso con la juventud, con la educación y con la cultura del encuentro.
Scholas, nacida en Argentina en el crisol de una profunda crisis social, se convirtió en un faro de esperanza para los jóvenes, ofreciéndoles un espacio para la propuesta y no para la protesta. El Papa Francisco, con una mirada lúcida y compasiva, comprendió la necesidad de canalizar la energía y el ímpetu de las nuevas generaciones hacia la construcción de un futuro diferente, un mundo nuevo, un país transformado. Y al ser elegido Papa, su deseo fue que esta iniciativa, este semillero de esperanza, floreciera en todos los rincones del planeta.
En México, tras su visita en 2016, Scholas encontró un terreno fértil para su misión. Un país marcado por la violencia y las adicciones, anhelaba la unidad y el encuentro que el Papa Francisco proponía con tanta vehemencia. Su cercanía con el pueblo mexicano, palpable desde el inicio de su pontificado, se manifestó a través de la Iglesia mexicana y del apoyo incondicional a iniciativas como Scholas, que buscaban sanar las heridas sociales y construir puentes de fraternidad.
El fallecimiento del Papa nos conmueve profundamente, pero su espíritu permanece vivo en cada joven que participa en Scholas, en cada proyecto que busca el encuentro y la reconciliación, en cada acto de ternura que se realiza en su nombre. Su legado nos impulsa a continuar su obra, a ser portadores de su mensaje de esperanza y a trabajar incansablemente por un mundo donde la cultura del encuentro sea una realidad tangible. Nos invita a ser protagonistas de la revolución de la ternura, a construir un futuro donde la amistad social, la armonía y el bien común sean los pilares de una sociedad más justa y fraterna. El Papa Francisco nos ha dejado un camino trazado, un camino de amor y esperanza, y ahora nos corresponde a nosotros recorrerlo con valentía y determinación. Su memoria será la llama que ilumine nuestros pasos y nos inspire a seguir construyendo el mundo que él soñó.
Fuente: El Heraldo de México