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22 de abril de 2025 a las 17:05

Viaja rápido y cómodo: Tren México-Pachuca

El rugir de la maquinaria pesada marca el inicio de una nueva era en la conectividad entre la Ciudad de México y Pachuca. El ambicioso proyecto del Tren México-Pachuca, con sus 64 kilómetros de vías férreas, promete no solo acortar distancias, sino también impulsar el desarrollo económico y social de la región. Imaginen un viaje de apenas 40 minutos, a una velocidad de 120 kilómetros por hora, entre estas dos importantes ciudades, dejando atrás las largas horas de tráfico y la incertidumbre de los traslados convencionales. Este tren, con capacidad para transportar a 200 mil personas diariamente, se convertirá en la arteria vital que dinamizará la movilidad y abrirá un abanico de oportunidades para miles de mexicanos.

La resurrección de las vías férreas, una vez símbolo de progreso y conexión en nuestro país, cobra vida nuevamente con este proyecto. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), encargada de las labores, trabaja con la precisión y la eficiencia que la caracterizan para materializar esta obra de gran envergadura. El Tren México-Pachuca no es solo una obra de infraestructura, es un símbolo de la transformación y el compromiso con un futuro más conectado y próspero.

El recorrido del tren, salpicado por estaciones estratégicamente ubicadas, teje una red que conecta no solo ciudades, sino también historias y culturas. Desde la Terminal Buenavista, en el corazón de la capital, hasta la vibrante ciudad de Pachuca, cada parada representa una oportunidad para descubrir la riqueza y la diversidad de nuestra tierra.

Xaltocan II, en Nextlalpan, se erige como un testimonio del desarrollo impulsado por la construcción del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). Esta zona, antes tranquila y rural, se transforma en un polo de desarrollo y conectividad, abriendo las puertas a un futuro lleno de posibilidades.

Xolox, en Tecámac, renace de las cenizas de una antigua estación, como un ave fénix que simboliza la perseverancia y la capacidad de reconstruir. Su nombre, proveniente del náhuatl Xólotl-co (lugar de Xólot), nos recuerda la profunda conexión con nuestras raíces y la importancia de preservar nuestra historia.

Tizayuca, en Hidalgo, experimenta una aceleración económica sin precedentes gracias a la llegada del tren. Sus 170 mil habitantes se preparan para un futuro de mayor prosperidad y oportunidades, convirtiéndose en un ejemplo del impacto positivo que la infraestructura puede tener en el desarrollo local.

Más allá de las estaciones confirmadas, el proyecto contempla otras paradas que enriquecerán aún más el recorrido. Empalme del Rey, en Temascalapa, promete un impulso económico para esta región, reviviendo la importancia ferroviaria que tuvo en el siglo XX. Imaginen la posibilidad de conectar nuevamente con Tampico y Puebla, recuperando la grandeza de las antiguas rutas férreas.

XPlatah, en la Villa de Tezontepec, se posiciona como un punto estratégico para la industria y el comercio, gracias a su cercanía con el parque industrial y su excelente conectividad con la carretera México-Querétaro y el Arco Norte.

Jagüey de Téllez, en Zempoala, acerca las comunidades suburbanas a las oportunidades que ofrece la ciudad, facilitando la movilidad y el intercambio entre diferentes zonas.

El Tren México-Pachuca, operado por el Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos Olmeca-Maya-Mexica, se proyecta como una obra de gran impacto social, beneficiando a más de 1.2 millones de personas y con una demanda estimada de 83 mil 112 pasajeros diarios en el trayecto Buenavista-Pachuca.

Este es un proyecto que va más allá de la simple construcción de un tren. Es una apuesta por el futuro, una inversión en el desarrollo de la región y una oportunidad para conectar a México con un futuro más próspero y sostenible.

Fuente: El Heraldo de México